Aunque la población menos afectada es la pediátrica se evalúa rigurosamente la efectividad y seguridad de una vacuna
La población más joven a nivel mundial ha demostrado que el impacto epidemiológico del nuevo coronavirus no es fatal en la mayoría de casos, cabe aclarar que las comorbilidades que pueden presentar algunos infantes depende de su condición de salud, ya que algunas enfermedades base que comprometen principalmente órganos vitales si pueden afectar la calidad de vida y recuperación del paciente contagiado.
Por otro lado, las diversas decisiones gubernamentales en algunos territorios han ocasionado que los casos COVID positivos en la población pediátrica aumenten, ante la esquiva regulación de normas de bioseguridad, lo que claramente presiona en la necesidad de hallar prontamente una vacuna.
En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública (MSP), la doctora Sanet Torres, infectóloga pediátrica del Centro Episcopal San Lucas, profundiza en la necesidad de regular normas de bioseguridad en instituciones educativas que ya han decidido por la presencialidad, además de la curva epidemiológica del virus en los más jóvenes y en el hallazgo de una pronta cura.
“(...) No está vacunada la población pediátrica además en Estados Unidos podemos ver que la presencialidad continua, asimismo en Puerto Rico, ante estos regresos es normal que se vea un aumento de casos positivos ante la ausencia de protección de la vacuna”, afirmó la doctora.
La vacuna en la población pediátrica
Aunque el estudio de una vacuna se está llevando a cabo, es necesario que las evaluaciones de aquellos prototipos se sigan haciendo de manera rigurosa, pues el sistema inmune de los más pequeños suele ser más complejo, además los pocos voluntarios obliga a académicos a tomarse un poco más de tiempo para hallar una pronta solución.
“Los estudios clínicos en la población pediátrica se están llevando a cabo con el fin de determinar una aprobación de la vacuna en Estados Unidos, sin embargo, estos estudios son más rigurosos, a su vez la cantidad de voluntarios escasea, por ende el conocer su efectividad y seguridad puede ser a largo tiempo”, aclaró.
Aunque los infantes en su mayoría no poseen fuertes efectos secundarios, es necesario regular los niveles y tasas de contagio ya que se ha visto un fuerte incremento en niños portadores del SARS-CoV-2.
“Lo que hemos visto hasta ahora es que la población pediátrica es la menos impactada o con enfermedades leves asociadas al COVID-19 en comparación con los pacientes adultos y aquellos que tienen comorbilidades, aquellos niños que sí pueden verse impactados son los que poseen enfermedades base o están bajo tratamientos inmunosupresores.(...) A modo general de todas las muertes que han habido en EEUU los casos pediátricos están entre los 350 y 400, viéndolo desde el punto de vista global esta población es la menos afectada”, asegura la especialista.
¿Existen repercusiones en la población pediátrica?
Como se ha visto en algunos casos no solo en Puerto Rico sino alrededor del mundo, el síndrome inflamatorio multisistémico ha sido protagonista en infantes, produciendo graves enfermedades y comorbilidades que de no ser tratadas pueden ser mortales.
“Si se valida una reacción postinfecciosa, donde se pueden presentar inflamaciones y complicaciones cardiacas, aparece el denominado síndrome inflamatorio multisistémico asociado al COVID. (...) Se han reportado en Puerto Rico 14 o 15 casos más no son diagnósticos fatales”, concluyó la infectóloga.