La cloroquina y la hidroxicloroquina forman parte del arsenal terapéutico que se está evaluando para el tratamiento del coronavirus.
Publicado en ABC con información de la American Heart Association, el American College of Cardiology y la Heart Rhythm Society
La cloroquina y la hidroxicloroquina forman parte del arsenal terapéutico que se está evaluando para el tratamiento del coronavirus. Sin embargo, las esperanzas iniciales parecen desinflarse a raíz de los primeros datos de las investigaciones debido no solo a su eficacia, sino especialmente a su seguridad y sus efectos secundarios, especialmente en el corazón.
La interrupción de un ensayo de cloroquina en Brasil y de otro en Francia, la advertencia a los hospitales suecos que no usen estos medicamentos para Covid-19 o las últimas recomendaciones de la American Heart Association, el American College of Cardiology y la Heart Rhythm Society sobre los riesgos del uso, a dosis altas, de estos medicamentos para tratar el COVID-19 han supuesto un ‘jarro de agua fría’ para los profesionales de salud que contaban con estos fármacos para frenar la pandemia.
En España, algunos hospitales están utilizando ya la cloroquina y el grupo de Oriol Mitjà, del Hospital Can Ruti de Badalona, que inició un estudio con hidroxicloroquina, para determinar si reduce la carga vírica del coronavirus y, por lo tanto, si evita el desarrollo de la infección entre los contactos de los enfermos, ha anunciado que presentará sus resultados en los próximos días.
Sin embargo, en EE.UU. la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA),emitió una autorización de uso de emergencia para cloroquina e hidroxicloroquina para tratar a pacientes hospitalizados con Covid-19. De hecho, el presidente Donald Trump es uno de los principales valedores de la hidroxicloroquina.
En un comunicado del pasado 7 de abril, los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de EE.UU. indicaban que la hidroxicloroquina y la cloroquina se están probando en ensayos clínicos para la prevención y para el tratamiento de pacientes con covid-19 leve, moderado y grave.
La Organización Mundial de la Salud, por su parte, está a la espera de los resultados de los estudios que evalúan el uso de cloroquina e hidroxicloroquina como posibles opciones de tratamiento con Covid-19. «La comunidad médica y de investigación se está tomando en serio el potencial de la hidroxicloroquina y la cloroquina», dijo ayer lunes Mike Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias de Salud de la Organización Mundial de la Salud, en una conferencia de prensa en Ginebra. Aunque reconoció que, actualmente, «no hay evidencia de ensayos de control aleatorio de que funcione y los médicos también han sido advertidos de buscar efectos secundarios para asegurarse de que no hagamos daño».
Pero los primeros resultados nos son optimistas. El estudio llevado a cabo en Brasil que aparece en «medRxiv» y está pendiente de publicación en una revista médica, tuvo que suspenderse antes de tiempo -al sexto día- por la muerte de varios pacientes. Los investigadores descubrieron que a dosis altas, el medicamento estaba asociado con un tipo grave de arritmias- latidos cardíacos irregulares-.
Además de los efectos sobre el corazón, los investigadores escriben que la dosis más alta no mostró «ningún beneficio aparente» contra Covid-19, según informa CNN.
También se suspendió un ensayo en Francia con hidroxicloroquina y azitromicina en una paciente de Covid-19 que sufrió complicaciones cardíacas después de tomar ambos medicamentos. Aunque en esta caso los médicos creen que la causa es la azitromicina, que se prescribe en combinación con la hidroxicloroquina contra el Covid-19 también propicia estas anomalías.
De hecho, Agencia Nacional de Seguridad en Medicamentos (ANSM) de Francia advirtió en un comunicado del 10 de abril sobre los efectos «indeseables» que pueden producir la hidroxicloroquina, así como el lopinavir-ritonavir, en algunas personas.
En Suecia, los hospitales han recibido orientación para indicar a los médicos que no usen cloroquina para tratar a pacientes con Covid-19 fuera de los ensayos clínicos.
La recomendación señala que «considerando la evidencia muy baja de cualquier efecto significativo sobre Covid-19 y dado que no se pueden descartar efectos secundarios graves, no se recomienda el uso de cloroquina fuera de los ensayos clínicos».
Y la semana pasada, la American Heart Association, el American College of Cardiology y la Heart Rhythm Society publicaron una guía sobre consideraciones cardiovasculares para el uso de hidroxicloroquina y azitromicina para tratar el nuevo coronavirus, diciendo que los médicos deben considerar «posibles implicaciones serias para las personas con enfermedades cardiovasculares existentes enfermedad».
«La urgencia de COVID-19 no debe disminuir el rigor científico con el que abordamos el tratamiento con COVID-19», dijo Robert Harrington, presidente de la American Heart Association en un comunicado de prensa. «Si bien estos medicamentos pueden funcionar contra COVID-19 individualmente o en combinación, recomendamos precaución con estos medicamentos para pacientes con enfermedad cardiovascular existente».
En España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recordada en un comunicado que la eficacia de la cloroquina e hidroxicloroquina se está evaluando en un buen número de ensayos clínicos cuyos resultados no se han publicado por el momento. «Se considera, por tanto, que el nivel de evidencia todavía es bajo y basado en los datos preclínicos y de seguridad en otras indicaciones. A pesar de ello, su uso ha generado expectativas de modo que distintas autoridades (Italia, Francia, China o España) han incluido la cloroquina o la hidroxicloroquina como una de las alternativas de tratamiento en pacientes con infección por COVID -19».