Los riesgos son iguales para toda la población que no presenta comorbilidades existentes.
Desde que comenzó la pandemia del COVID-19 la comunidad científica encontró que el virus SARS-CoV-2 tenía la capacidad de afectar el corazón y los vasos sanguíneos durante la enfermedad grave, ya que se reportaron que una cantidad importante de los pacientes desarrollaron trombos, inflamación del corazón, arritmias e insuficiencia cardíaca.
En el estudio recientemente publicado en Nature Medicine se publicaron los resultados cardiovasculares 1 año después de la infección por SARS-CoV-2 ha demostrado que el impacto del virus suele ser duradero.
En un análisis de los registros de salud de más de 11 millones de veteranos estadounidenses, los investigadores encontraron que el riesgo de 20 enfermedades cardíacas y vasculares diferentes aumentó sustancialmente en los veteranos que había COVID-19 un año antes, en comparación con los que no.
Dicho riesgo, que se incrementó apenas transcurridos los primeros 30 días de la infección, además aumentó con la gravedad de la enfermedad inicial y se extendió a todos los resultados que examinó el equipo, incluidos ataques cardíacos, arritmias, accidentes cerebrovasculares, paro cardíaco y más.
Incluso las personas que nunca fueron al hospital tenían más enfermedades cardiovasculares que las que nunca se infectaron.
Lo que han hecho los investigadores del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. ha sido comparar las tasas de nuevos problemas cardiovasculares en 153.760 personas infectadas con el coronavirus y que tuvieron Covid-19 antes de que las vacunas estuvieran disponibles, en 5,6 millones de personas que no se infectaron con el coronavirus SARS-CoV-2 y otros 5,9 millones de personas cuyos datos se recopilaron antes de la pandemia.
En promedio, un año después de su recuperación de la fase aguda de la infección, los supervivientes de Covid-19 tenían un riesgo de un 63 % mayor de ataque cardíaco, de un 69 % de ritmo cardíaco irregular problemático, de un 52 % de accidente cerebrovascular, de un 72% de insuficiencia cardíaca y un riesgo casi tres veces mayor de un trombo de sangre potencialmente fatales en los pulmones en comparación con los otros dos grupos, según un informe publicado en Nature Medicine.
Dichos riesgos, señalan los investigadores, fueron evidentes tanto en personas jóvenes y ancianos, negros y blancos, hombres y mujeres, personas con y sin diabetes y con y sin enfermedad renal, así como fumadores y no fumadores.
Fuente consultada aquí.