Investigación indica que la inmunoterapia podría ser utilizada para tratar la insuficiencia cardiaca

La inmunoterapia ha sido efectiva en el tratamiento del cáncer, por esto los científicos se preguntan si puede usarse para atacar a otras células problemáticas en el cuerpo.

Sergio Nicolás Ortiz Cortés Sergio Nicolás Ortiz Cortés
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Investigación indica que la inmunoterapia podría ser utilizada para tratar la insuficiencia cardiaca

“Se trata de un ensayo que podría significar un gran avance”, comentó Richard Lee, profesor de Biología Regenerativa y Células Madre en la Universidad de Harvard, que no participó en el nuevo estudio.

El tratamiento es un tipo de inmunoterapia conocida como CAR-T, que ha demostrado cambiar la vida de algunos pacientes con leucemia. Este tratamiento se basa en linfocitos diseñados (linfocitos T) que buscan y destruyen células malignas en el cuerpo, según indica el documento de los investigadores. 

La investigación publicada en la revista Nature, señala que se utilizó la tecnología para atacar el tejido cicatricial que endurece al corazón y evita que se relaje por completo entre latidos en pacientes que tienen insuficiencia cardiaca.

Los expertos en medicina como Lee coinciden en que el estudio es inteligente e innovador y representa al menos un estudio preliminar de eficacia. Sin embargo, algunas personas preguntaron si sería factible usar la terapia para atender a pacientes con enfermedades cardiacas, al menos en un futuro cercano.

La terapia CAR-T para el cáncer tiene un costo aproximado de 450.000 dólares por paciente. Cuando hay que incluir la estancia en el hospital, el precio puede rondar el millón de dólares o más.

En Estados Unidos existen seis millones de pacientes con insuficiencia cardiaca; incluso si se ofreciera el tratamiento a ese precio a solo unos cuantos de ellos, el costo general sería estratosférico.

Algunos pacientes que reciben terapia CAR-T presentan efectos secundarios graves e incluso mortales, incluyendo fiebres muy altas, presión sanguínea demasiado baja y secuelas en el cerebro como confusión o convulsiones.

Utilizar la terapia CAR-T para tratar la insuficiencia cardiaca “es una idea muy inteligente”, comentó Douglas Mann, un profesor de Medicina en la Universidad Washington en Saint Louis; sin embargo, añadió que, debido al costo de la CAR-T y a los efectos secundarios, no es práctico hacerlo actualmente.

Cuando hay insuficiencia cardiaca, las paredes de los ventrículos, las dos grandes cámaras de bombeo, se endurecen y pueden crecer, evitando que el corazón bombee la sangre de manera eficiente por todo el cuerpo. Eso puede derivar en muchas enfermedades como infartos y presión alta.

Aunque muchos pacientes responden a la terapia con medicamentos, aquellos que padecen insuficiencia cardiaca con fracción de eyección conservada tienen muy pocas opciones de tratamiento. La mitad muere al cabo de cinco años, un índice de mortalidad comparable con el de algunos cánceres metastásicos.

Lee recalcó que la insuficiencia cardiaca es un problema particular de las personas con distrofia muscular. La insuficiencia cardiaca, dijo, “es una parte de la enfermedad que limita la vida en gran medida”.

El músculo cardiaco se endurece debido a las cicatrices, a lo cual también se le conoce como fibrosis, afirmó Jonathan Epstein, autor principal del nuevo estudio y profesor de investigación cardiovascular en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.

La fibrosis se presenta en un amplio rango de enfermedades: artritis, nefropatía crónica y cirrosis hepática, por ejemplo. Es producto de la respuesta del cuerpo a la inflamación. Aunque la fibrosis es responsable de la mayoría de los peores síntomas de estas enfermedades, no está claro qué efecto podría tener el tratamiento para la fibrosis.

El tratamiento puede funcionar, siempre y cuando, la mayor parte de las células sanas no tengan el espacio de anclaje para la proteína del linfocito T.

Son células que ayudan a formar todos los tejidos y tienen un papel relevante en la sanación de las heridas. Un tratamiento ideal no debería eliminar la fibrosis de todo el cuerpo, sino únicamente las cicatrices que merman el funcionamiento normal.


En el proceso, los investigadores comenzaron por colocar un sitio de anclaje en células de tejido cicatricial en el corazón de los ratones con insuficiencia cardiaca. Luego hicieron que las células CAR-T se anclaran en esos lugares.

Dos semanas después de que los ratones fueron tratados, los científicos se sentaron a observarlos bajo el microscopio. El tejido cardiaco de los ratones que no recibieron tratamiento estaba lleno de cicatrices. El tejido cardiaco de los ratones que recibieron tratamiento estaba limpio.

“Fue uno de esos momentos reveladores”, dijo Epstein. “Nos miramos uno al otro y chocamos las manos sobre el microscopio”.

El siguiente paso consistió en buscar una proteína natural que estuviera presente en las células de la fibrosis humana, pero no en otras células. Buscando en una extensa base de datos genética, el grupo descubrió una: la proteína de activación de fibroblastos (FAP).

Los científicos descubrieron que los ratones y otros animales también tienen la FAP en células de tejido cicatricial, así que programaron a las células CAR-T para buscar la proteína. El tratamiento funcionó para eliminar tejido cicatricial en el corazón de los ratones y al parecer no dañó otros tejidos.

Ahora los investigadores han comenzado a repetir el experimento en perros.

“Espero que pronto podamos dar el paso a los humanos”, dijo Epstein, y señaló que un grupo en Alemania ha descubierto una manera de analizar el corazón de los pacientes que han padecido infartos y detectar la FAP.

Fuente consultada aquí

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

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