La miocardiopatía afecta principalmente a los adultos, pero en casos poco comunes afecta a bebés y niños.
El Dr. Edwin Rodríguez Cruz, cardiólogo pediátrico, indicó en entrevista exclusiva con la Revista de Medicina y Salud Pública, la prevalencia en Puerto Rico se estima en un 8 por ciento, entre todos los pacientes entre el nacimiento hasta la adultez, que tengan alguna enfermedad congénita del corazón.
En opinión del experto este número es alto, por ello enfatiza en el diagnóstico oportuno, ya que con el pasar de los años los avances clínicos en el diagnóstico y tratamiento mejora la calidad de vida en un 80 por ciento de los pacientes.
En este sentido, recordó que más del 70 % de los niños que nacían con problemas en el corazón en los años 60 y 70 morían. “Hoy día es al revés, porque el 80 por ciento de los niños que nacen con alguna condición relacionada con el corazón llegan a la adultez y sanos”.
Reafirmó que el seguimiento médico es de por vida, y depende de la condición con la que nazca el paciente, ya que en muchas ocasiones va a requerir varias intervenciones, o la combinación de estas.
“Un soplo en el corazón no necesariamente implica un problema cardíaco, por ello es importante que si el pediatra encuentra este ruido inusual, remita al cardiólogo pediátrico “quien podrá determinar si es un ruido normal o anormal”, indicó.
En este sentido, la Academia Americana de Pediatría, refiere que la miocardiopatía es poco común y poco diagnosticada y es también la causa principal del paro cardíaco repentino en niños menores de 18 años. Debido a que la afección puede estar presente sin síntomas, las familias deben estar informadas de cualquier familiar que tengan enfermedades cardíacas o que hayan fallecido repentinamente antes de cumplir 50 años.
Al respecto, el Dr. Rodríguez dijo que a la fecha “los pacientes tienen variedad de opciones entre cirugías, cateterismos y medicamentos. Algunos pacientes con estas intervenciones pueden que no necesiten medicamentos, pero otros sí deben tomarlos”.
Respecto al diagnóstico, el especialista informó que hay varios criterios de diagnóstico incluso antes del nacimiento. Incluso, la Academia Americana recomienda que por ser poco común se recomienda acudir a un centro médico infantil con amplia experiencia en la atención de niños con miocardiopatía. El diagnóstico precoz y el tratamiento de la enfermedad son esenciales para evitar complicaciones y su avance a una insuficiencia cardíaca.
“Cuando un bebé tiene problemas con su peso y crecimiento, una de las primeras cosas que se debe descartar problemas en el corazón. Cuando han crecido un poco más, si hay un impedimento para realizar ejercicios, también debe descartarse un problema cardíaco”, dijo el Dr. Rodríguez.
No obstante, advirtió que no se debe confundir con sedentarismo y falta de actividad, ya que en la edad adulta esto también se deriva en problemas cardiovasculares, diabetes y otras condiciones. “Los puertorriqueños tenemos una alta incidencia de estas enfermedades, por ello es importante dar el seguimiento y ser activos en nuestra vida”.
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