Cómo reconocer un ataque cardíaco y qué estilo de vida llevar para evitarlo.
Un ataque cardíaco no siempre puede comenzar de la forma que se espera. Por ejemplo, hay quienes piensan que siempre se siente un dolor en el pecho, pero algunas personas han experimentado un ataque cardíaco y todo comenzó con un dolor en el estómago, por lo que, desconocer los síntomas de esta condición puede retrasar la ayuda médica. ¿Cuáles son los síntomas y las causas de un ataque cardíaco?, ¿existe algo que se pueda hacer para prevenir?
En primer lugar, se deben considerar los factores del riesgo para el infarto agudo de miocardio, los cuales están clasificados en no modificables, como la edad, el sexo, los antecedentes familiares, enfermedades o condiciones previas, y los factores modificables, que son aquellas acciones que se pueden ejecutar de forma preventiva para reducir el riesgo.
Principales factores de riesgo para el infarto agudo de miocardio
Entre los principales factores de riesgo se encuentran los siguientes:
- La edad: mientras más avanza la edad, más probabilidad existe de desarrollar una enfermedad coronaria.
- El sexo: los hombres tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un infarto que las mujeres.
- Antecedentes familiares: quien tenga un familiar de primer grado (madre, padre, hermano/a) con antecedentes de enfermedades coronarias –como angina de pecho o infarto- presenta el doble de probabilidad de desarrollar estos problemas.
- Tabaquismo: las toxinas presentes en los cigarrillos reducen el calibre de las arterias coronarias y las dañan. En pequeñas cantidades, el tabaco también es nocivo. Un solo cigarrillo al día aumenta las probabilidades de desarrollar una enfermedad coronaria hasta en un 30 %.
- Dieta no saludable: las dietas altas en grasa elevan los niveles de colesterol en la sangre, lo cual incrementa el riesgo de cardiopatía coronaria. Para reducir los niveles de colesterol, algunos alimentos pueden contribuir, tales como el pescado azul o el aceite de oliva virgen.
- El sedentarismo: la falta de actividad física se asocia con el sobrepeso, obesidad e hipertensión y, por ende, de sufrir una enfermedad coronaria.
- La hipertensión arterial: ya que afecta las arterias coronarias. A mayor presión arterial, mayor riesgo de padecer enfermedad coronaria.
- La diabetes: el aumento de glucosa en la sangre puede dañar las arterias coronarias.
- El sobrepeso u obesidad: con niveles más altos de colesterol.
- Consumo de alcohol: esto puede ocasionar hipertensión e incremento de colesterol.
Aunque es una causa menos frecuente, también se considera que el consumo de drogas puede contribuir a desencadenar un fallo cardíaco. Los estimulantes como la cocaína, anfetaminas, crack y metanfetaminas pueden producir un estrechamiento de las arterias coronarias.
De hecho, una de las causas más comunes de muerte súbita tras sufrir un infarto, en personas jóvenes que no padecían enfermedad cardíaca conocida con anterioridad, es el consumo de cocaína.
Entre los cinco principales factores de riesgo que pueden conducir a un infarto se encuentra el consumo de tabaco, la hipertensión arterial, el sobrepeso u obesidad, los niveles elevados de colesterol y el sedentarismo. Por ello, para reducir el riesgo, se deben implementar cambios en el estilo de vida, en cada paciente.
Fallo cardíaco y niveles altos de colesterol
Por mucho tiempo, diversas investigaciones han indicado que la dieta y el colesterol cumplen un papel importante en la salud del corazón. El LDL, o colesterol “malo”, es un factor de riesgo establecido para la enfermedad cardíaca. Esto ha llevado a que los investigadores determinen cambios dietéticos menores para reducir el colesterol y prevenir futuras enfermedades cardíacas.
Sin embargo, para quienes no es suficiente hacer una dieta y ejercicio, los medicamentos pudiesen ser una opción, siempre bajo la supervisión médica.
Ciertos medicamentos pueden ayudar a disminuir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), o colesterol “malo”, que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca.
Asimismo, pueden contribuir a disminuir los triglicéridos y aumentar el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), o colesterol “bueno”, que protege contra las enfermedades cardíacas.
Algunos de estos medicamentos podrían ser del grupo de las estatinas, que disminuyen el LDL y los triglicéridos y aumentan ligeramente el HDL; inhibidor de absorción de colesterol, inhibidores de la PCSK9, que disminuyen el LDL y a menudo se utilizan en personas que tienen una afección genética que causa niveles muy altos de LDL o que padecen enfermedad cardíaca y no pueden tolerar las estatinas ni otros medicamentos para reducir el colesterol.
Una parte de los medicamentos podrían ocasionar efectos secundarios como dolores musculares, estreñimiento, calambres, picazón, entre otros. También, algunos pudiesen estar contraindicados durante el embarazo y la lactancia. Por ello, siempre se debe contar con supervisión médica y llevar un estilo de vida saludable.