Investigadores estadounidenses analizaron el contenido de 133 trampas para insectos en 40 hogares con al menos un caso de SARS-CoV-2.
En una investigación realizada por científicos del Texas A&M AgriLife Research, de Estados Unidos, y que fue publicado en el Journal of Medical Entomology, determino lo “poco probable” que puede ser que estos insectos, moscas y cucarachas, logren transmitir el coronavirus a las personas.
A pesar, que en estudios preliminares, se había determinado que las moscas domésticas, que eran expuestas en laboratorio al virus SARS-CoV-2, presentaban tanto virus infeccioso como ARN viral, aun así no dentro de espacios domésticos naturales.
Los expertos, especificaron que se tomaron, “muestras de insectos en hogares con casos recientes de COVID-19 en humanos, algunos de los cuales también tenían perros y gatos infectados activamente con SARS-CoV-2. Sospechábamos que estos eran ambientes de alto riesgo donde los insectos podrían contaminarse con el virus si estuvieran en contacto con humanos, animales o superficies contaminadas infectadas”, y cómo resultado de este acercamiento, y en lugar de lo comentado, “no detectamos evidencia del virus en las muestras de insectos de estos hogares”, aseguraron los expertos.
La investigación se llevó a cabo con contenido de 133 trampas para insectos, en un total de 40 hogares en los cuales había al menos un paciente caso confirmado de COVID-10, estas trampas, adhesivas, lograron recolectar más de 1.345 insectos individuales, en las cuales hay más de 10 especies diferentes de moscas y cucarachas.
Los insectos se probaron usando PCR de transcripción inversa cuantitativa. El líquido en tipos de trampas adicionales también se probó después de la concentración de ARN. Los insectos individuales se agruparon en 243 grupos y todos dieron negativo para SARS-CoV-2.
Por otra parte, sé ubicaron catorce trampas en siete hogares el día en el que las muestras de perros o gatos dieron positivo, lo que aumentó aún más la oportunidad de que los insectos entrasen en contacto con animales o superficies contaminados; así pues, “este estudio proporciona más evidencia para ayudar a reducir las rutas de transmisión del SARS-CoV-2 y evalúa diferentes métodos para nuevas técnicas de vigilancia. Fue un esfuerzo de equipo lo que nos permitió desplegar rápidamente estas trampas en entornos de alto riesgo para evaluar directamente el papel de los insectos en la pandemia de COVID-19?, concluyeron los investigadores.
Luego de más de dos años de pandemia, la ciencia constató la transmisión del SARS-CoV-2 de un felino doméstico a un humano.
A comienzos del pasado mes se conoció un estudio científico realizado en Tailandia que brindó evidencia sólida de que los gatos domésticos pueden transmitir el SARS-CoV-2 a los seres humanos, por parte de los investigadores de este caso, la sorpresa sobre todo el tiempo que tardamos en humanidad, para detectar que los felinos podían contagiar el coronavirus a los humanos, más cuando es un animal que mantiene estrecho contacto en hogares, y espacios cerrados; aun así se sabía, “que esta era una posibilidad desde hace dos años”, dijo Angela Bosco-Lauth, investigadora de enfermedades infecciosas en la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins.
El estudio tailandés “es un informe de caso interesante y un gran ejemplo de lo que puede hacer un buen rastreo de contactos”, consideró Marion Koopmans, viróloga del Centro Médico de la Universidad Erasmus en Rotterdam, en Países Bajos.
Fuente consultada aquí.