Por los datos reportados hasta la fecha, este investigador menciona que se puede deducir que el coronavirus tiene interesantes peculiaridades en términos de grado de inmunidad, que confiere luego de la infección. Algo de lo que hasta ahora no se tiene conocimiento.
Diana Castañeda
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
Desde el inicio de la pandemia, la comunidad científica se ha embarcado en una carrera, no solo por encontrar una vacuna contra el COVID-19, sino para implementar tratamientos efectivos que mejoren la calidad de vida de los contagiados y, eventualmente salvar vidas.
Asimismo, los puertorriqueños también están dando la batalla por encontrar la opción más efectiva, como es el caso de la Unidad de Investigaciones Clínicas del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, quienes bajo la dirección del doctor e investigador, Jorge Santana están enfocados en el estudio de un tratamiento para contrarrestar el SARS-CoV-2.
“Estamos ante un virus nuevo que lleva ya casi cuatro meses en Puerto Rico y, quizás seis meses en Asia, trabajamos para encontrar tratamientos que sean efectivos, y aunque ya tenemos algo parcialmente, sabemos que no todos los pacientes responden y que necesitamos eventualmente una vacuna, porque la manera en la que este virus se está comportando en la periferia, en términos de grado alto de efectividad que tiene, necesitamos lo antes posible métodos que, por lo menos nos permitan ofrecerle una alternativa al paciente hospitalizado, y la vacuna para ayudarnos a dar la cobertura de inmunidad artificial a nuestra población”, comentó el doctor Jorge Santana Bagur, durante entrevista exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública (MSP).
Por los datos reportados hasta la fecha, este investigador menciona que se puede deducir que el virus tiene interesantes peculiaridades en términos de grado de inmunidad, que confiere luego de la infección. Algo de lo que hasta ahora no se tiene conocimiento.
Actualmente, se están creando alianzas para realizar estudios controlados que, de acuerdo con el director de la Unidad de Investigaciones Clínicas del Recinto de Ciencias Médicas, “a diferencia de las investigaciones hechas en Francia con la utilización de la Hidroxicloroquina y la Azitromicina, la idea es medirlo desde la fase de infección, es decir, los primeros cinco a siete días, antes de entrar a la fase inflamatoria que es donde el paciente tiende a complicarse”.
El especialista reveló que para poder probar que el medicamento funciona se deben hacer estudios y ante la ausencia de medicamentos y tratamientos efectivos es necesario observar otras opciones terapéuticas.
“Desde mi punto de vista es que esto se va a parecer mucho al VIH donde apareció una droga a mediados de los 80´s, después aprendimos que era muy tóxico y comenzaron a salir otros fármacos”, reconoció Santana.
Además, argumentó que “cuando se tenga más información el tratamiento será combinado quizás con dos o tres moléculas distintas un solo medicamento no puede curar esta condición viral. Será un estudio robusto realizado junto con 32 centros de Estados Unidos, en alrededor de 2.000 pacientes que serán divididos de acuerdo con la edad y el riesgo de la persona”.
Teniendo en cuenta que el COVID-19 es primo hermano del SARS y el MERS, y que está compuesto por compuesto por un núcleo de ARN (ácido ribonucleico, el material genético del virus) y una membrana de proteínas que envuelve el material genético del virus (el ARN), este coronavirus no puede combatirse con antibióticos debido a que estos medicamentos solo solo funcionan para atacar a las bacterias.
“Sabemos que el SARS y el MERS otorgan un grado de inmunidad, hasta ahora se ha visto que por los próximos dos años en pacientes con el MERS y, probablemente con el SARS unos cuantos años más, aunque no tenemos certeza. Pero con este nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, con los estudios realizados no han arrojado una luz”, adujo Santana.
El galeno recalcó lo que está pasando actualmente en Estados Unidos, señalando con preocupación que “la ciudad de New York que ha sufrido un embate tan furioso de este virus y, solo el 15% de las personas, bajo una muestra que tiene sus debilidades, en la que se esperaba quizás un 30% o un 40% de prevalencia, o sea de anticuerpos protectivos. Así que el hecho de que solo sea un 15% da para pensar y especular que esto tomará bastante tiempo, si no se descubre una vacuna en llegar a esos niveles conferidos de la inmunidad que tiene que ser mayor al 65%. Así que nos queda un gran trecho por caminar para llegar a la vacuna que es sumamente importante”.
Luego de un estudio realizado en Francia, en el que utilizaron efectivamente estos dos fármacos en 20 pacientes contagiados con el nuevo coronavirus, se ha generado un debate por la verdadera eficacia de la Hidroxicloroquina.
Esta investigación publicada por la revista International Journal of Antimicrobial Agents ha creado polémica en el mundo científico, ya que, según este medio, con respecto a los virus, por razones probablemente parcialmente idénticas que implican la alcalinización por cloroquina de la fagolisosoma, varios estudios han demostrado la efectividad de esta molécula, incluso contra los coronavirus, entre los que se encuentra el coronavirus asociado al síndrome respiratorio agudo severo (SARS).
“Todo esto comienza ante la necesidad de que no tenemos nada, desde la época en la que se da la epidemia a azotar el mundo, en China, Asia y luego Europa. Entonces surgen pequeños estudios que tienen experiencias anecdóticas observacionales que responde en algunas personas cuando le añaden el Azitromicina, parece que hay mayor penetración” manifestó el también infectólogo, Dr. Santana.
Una de las razones por las que se ha considerado estos dos medicamentos como tratamiento para pacientes con coronavirus, es que pueden alterar el PH y por su función de la glicosilación alrededor de los receptores, donde el virus se adhiere a nivel de todo el tractor respiratorio y en otros órganos vitales.
Estos dos medicamentos pueden tener efectos especialmente en personas con arritmias cardíacas, fibrilaciones atriales, uso de marcapasos, entre otras enfermedades cardiovasculares, por lo que el doctor Jorge Santana indica que, estos pacientes, en caso de utilizar estos fármacos, deben tener un monitorio cercano.
Entre tanto, la experiencia de los reumatólogos con el uso de estos dos medicamentos ha sido favorable en pacientes con lupus, artritis reumatoidea por sus propiedades antiinflamatorias para personas que tienen problemas autoinmunes.