Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) ha revelado que una combinación de seis anticuerpos puede preparar a ratones para recibir con éxito un trasplante de células madre de un donante que no es compatible desde el punto de vista inmonológico. Los expertos señalan que incluso, pueden aceptar un trasplante de órganos o tejidos que coincida con el de las células madre del donante sin requerir una supresión inmunológica continua.
Esta investigación prepara el camino para este tipo de trasplante de células madre, conocido como trasplante de células madre hematopoyéticas, para tratar con seguridad una variedad de enfermedad. La técnica ahora se utiliza principalmente para tratar los cánceres de la sangre y de patologías del sistema inmunológico.
“Los resultados muestran que es posible realizar estos trasplantes en ratones de una manera mucho más suave sin requerir una coincidencia completa entre el donante y las células madre receptoras. Pero, además, abre la puerta para aumentar la disponibilidad de órganos sólidos para trasplantes en personas”, explica Benson George, MD-PhD en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
La clave: células madre hematopoyéticas
Las células madre hematopoyéticas son un tipo raro de células madre de la médula ósea que dan origen a los progenitores de toda la sangre y las células inmunitarias a lo largo de nuestras vidas. En ese sentido, las personas con trastornos genéticos de la sangre, como la anemia falciforme o la talasemia, o aquellas con enfermedades autoinmunes o deficiencias inmunitarias, pueden curarse con un trasplante de células madre hematopoyéticas sanas. Pero, para que las células trasplantadas se asienten en la médula ósea del receptor, primero es necesario eliminar los componentes clave de la sangre y el sistema inmunológico del receptor.
Desafortunadamente, algunas de esas células pasajeras incluyen un tipo de célula inmune llamada célula T, que han demostrado que es la responsable de una complicación de trasplante potencialmente mortal llamada enfermedad de injerto contra huésped. Esto ocurre cuando las células del donante reconocen los tejidos del receptor como extraños y comienzan a atacarlo.
Así pues, para reducir la probabilidad de enfermedad de injerto contra huésped se usan células madre de donantes que se ajustan inmunológicamente al receptor lo más cerca posible. Pero pueden ser difíciles de encontrar, especialmente para algunas minorías étnicas. Aunque es posible hacer trasplantes con coincidencias menos que perfectas, una situación conocida como trasplante haploidéntico, el receptor requiere un tratamiento continuo con medicamentos inmunosupresores fuertes para prevenir el rechazo o la enfermedad de injerto contra huésped.
Aunque los trasplantes de células madre hematopoyéticas puras evitan este resultado, son más difíciles de obtener en cantidades suficientes y se injertan con menos facilidad que la médula ósea completa.
“Queríamos eliminar tres barreras principales: la toxicidad del procedimiento de acondicionamiento, la necesidad de tener un donante inmunológicamente compatible y las dificultades para trasplantar células madre hematopoyéticas purificadas”, explica George.
Los investigadores encontraron que el tratamiento de ratones con una combinación de seis anticuerpos específicos eliminó de manera segura y eficiente varios tipos de células inmunitarias en la médula ósea de los animales y permitió que las células madre hematopoyéticas puras y haploidénticas se injertaran y comenzaran a producir células sanguíneas e inmunitarias sin la necesidad de una inmunosupresión continua.
El grado de diferencia en un trasplante haploidéntico es similar a lo que ocurre naturalmente entre padres e hijos, o entre aproximadamente la mitad de los hermanos.
De acuerdo con los investigadores, este hallazgo sugiere que, si estos resultados se replican en humanos, podría haber un niño con anemia de células falciformes en la clínica y, en lugar de considerar el trasplante de células madre como último recurso y dependiendo del hallazgo de un donante perfectamente compatible, se podría recurrir al trasplante con células madre de uno de los padres del niño como terapia de primera línea.
Esto indica que, si la técnica algún día elimina los obstáculos necesarios para demostrar que es segura y efectiva en humanos, se prevé un momento en que las personas que necesitan órganos trasplantados primero podrían someterse a un trasplante seguro y suave con células madre hematopoyéticas derivadas en el laboratorio de células madre embrionarias.
Además, las mismas células madre embrionarias también podrían usarse para generar un órgano que sería aceptado por el receptor sin requerir la necesidad de un tratamiento a largo plazo con medicamentos para suprimir el sistema inmunológico.