Investigadores de Cataluña han descrito el desarrollo y optimización de ensayos cuantitativos de arrays en suspensión que podrían medir anticuerpos naturales o inducidos por vacunas contra la malaria y otros parásitos. Dichos ensayos podrían simplificar los estudios seroepidemiológicos y el desarrollo de vacunas.
Es posible medir anticuerpos dirigidos contra múltiples proteínas (o antígenos) de Plasmodium falciparum gracias a una técnica sencilla, precisa y reproducible que requiere cantidades muy pequeñas de sangre. En una serie de artículos recientemente publicados, un equipo de ISGlobal –centro impulsado por la Fundación Bancaria “la Caixa”– ha descrito el desarrollo y optimización de ensayos cuantitativos de arrays en suspensión (qSAT) que podrían ayudar a medir anticuerpos naturales o inducidos por vacunas contra la malaria y otros parásitos.
La producción de anticuerpos contra el parásito P. falciparum es fundamental para controlar o incluso prevenir la malaria. Sin embargo, se conoce poco sobre el tipo y especificidad de los anticuerpos protectores, así como su función. Esto se complica aún más por el hecho de que el parásito expresa más de 5.000 proteínas.
Se trata de una técnica muy versátil que se puede adaptar para estudiar respuestas a antígenos de otros microbios o vacunas
Un grupo liderado por Carlota Dobaño, investigadora de ISGlobal, ha desarrollado nuevos protocolos para medir anticuerpos contra múltiples antígenos de P. falciparum en una sola reacción y a partir de pequeñas cantidades de sangre. La tecnología qSAT usada consiste en acoplar pequeñas microesferas a diferentes antígenos del parásito y probar si son reconocidas por muestras de sangre de individuos expuestos (o no) a la malaria.
"Estos protocolos simples y reproducibles nos permitirán analizar en detalle los anticuerpos generados de manera natural o tras vacunación contra un amplio panel de antígenos de P. falciparum, y encontrar así marcadores de protección”, explica Dobaño.
“Además, se trata de una técnica muy versátil que se puede adaptar para estudiar respuestas a otros antígenos de otros microbios o vacunas. Actualmente estamos colaborando con varios laboratorios fuera del campo de la malaria”, añade.
Reducir la variabilidad entre ensayos
Los autores primero mostraron que el ensayo es capaz de detectar diferentes tipos y clases de anticuerpos dirigidos contra múltiples antígenos de P. falciparum, de manera altamente sensible y específica. Después, mostraron que el sencillo ensayo multiplex es reproducible no solo entre experimentos, pero también entre operadores y laboratorios. A continuación identificaron las condiciones que deben ser optimizadas para reducir al máximo la variabilidad entre ensayos.
Finalmente, usaron el ensayo para caracterizar de manera más completa la ‘mezcla’ de plasma humano antimalaria que usa la Organización Mundial de la Salud (OMS) como reactivo de referencia. Revelaron que el plasma estándar contiene niveles bajos de anticuerpos contra la proteína CSP (el antígeno contenido en la vacuna RTS,S), lo cual sugiere que los sueros de referencia deberán adaptarse según el tipo de respuesta estudiada.
Tomado de AgenciaSinc.es