La aplicación de esta tecnolocía ha permitido modificar protocolos asistenciales y mejorar la formación y la investigación, según un estudio del CIVERCV.
La implantación y gestión de equipos de resonancia magnética en los servicios de Cardiología es una herramienta útil que permite mejorar los protocolos asistenciales, optimizar la accesibilidad de esta tecnología para los pacientes cardiológicos, eliminar listas de espera, y al tiempo mejorar la formación y desarrollar la investigación. Así concluye un estudio desarrollado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), del grupo de Pedro L. Sánchez en el Hospital Universitario de Salamanca. El trabajo, que acaba de ser publicado en la Revista Española de Cardiología, analiza por primera vez los resultados asistenciales, en investigación y formación derivados de la implantación de un equipo de resonancia magnética en un servicio de Cardiología del Sistema Nacional de Salud.
La resonancia magnética (RM) es la técnica considerada de referencia para evaluar la morfología, la función, los flujos, la perfusión y la viabilidad miocárdica, todo ello en una sola prueba y de manera no invasiva. Debido al avance tecnológico y la rápida evolución de la RM cardiaca, las indicaciones iniciales del método se han ampliado y están en continua expansión, un incremento que ha agudizado el problema de la lista de espera y que dificulta la disponibilidad de tiempo de la máquina en la mayoría de los hospitales, ya que los procedimientos tienen lugar en equipos integrados en los servicios de Radiología, que atienden también a otras patologías distintas a las cardiovasculares.
En 2014, se implantó por primera vez un equipo de RM en el Servicio de Cardiología de un hospital de la red sanitaria pública en España, cuya experiencia inicial y resultados en la mejora del proceso asistencial, formación e investigación del servicio han evaluado los investigadores del CIBERCV en este estudio, en línea con otras evaluaciones de experiencias similares ya realizadas en países de nuestro entorno, como Reino Unido y Alemania.
Estudios y procedimientos realizados
Con carácter previo a la implantación de este equipo, la disponibilidad del equipo de RM en el hospital permitía efectuar unos 100 estudios anuales en pacientes de cardiovascular, y la demora asistencial era de 24 meses. Con la puesta en marcha de la RM en el servicio de Cardiología, desde julio de 2014 a mayo de 2017 se llevaron a cabo un total de 3.422 resonancias magnéticas cardiacas. “Se ha demostrado que la implantación de una RM en Cardiología es una herramienta asistencial útil que incorpora sistemáticamente mejores prácticas y elimina la lista de espera”, explica Manuel Barreiro, primer firmante del trabajo.
La evaluación publicada también detalla los estudios y procedimiento realizados, donde las miocardiopatías (29%) y la cardiopatía isquémica (12%) fueron las indicaciones asistenciales más frecuentes. En los pacientes ambulatorios, predominaron los estudios de seguimiento, y en los ingresados, las valoraciones previas a intervención terapéutica. En el campo de la cardiopatía isquémica, la RM cardiaca modificó el diagnóstico de sospecha de hasta el 20% de los pacientes. Además, el 25% de los estudios correspondieron a protocolos de investigación.
La enorme utilidad de la resonancia magnética cardiaca está fuera de toda duda en la actualidad y, si su disponibilidad fuese ilimitada, sería la técnica diagnóstica no invasiva más utilizada en la evaluación de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares”, afirma el Dr. Barreiro. “Además de las mejoras asistenciales, la RM cardiaca ha mejorado la formación del servicio y ha abierto líneas de colaboración con solicitud de proyectos de investigación competitivos con centros de excelencia y con otros servicios del hospital”, añade el investigador.
Frente a estos datos positivos, los investigadores señalan como retos para su implantación su elevado coste económico, la complejidad de su puesta en marcha por los requisitos logísticos y de infraestructura, y la especialización y formación del personal implicado en su uso, modificando el funcionamiento habitual de la dinámica del servicio. En este sentido, también hacen referencia a la falta de estudios que demuestren que el empleo de RM en los servicios de Cardiología sea coste-eficiente, más allá del escenario de la cardiopatía isquémica.