En un estudio coordinado por el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y la Universidad de Granada, los científicos han encontrado que ciertos contaminantes químicos acumulados en la grasa de las personas, incluyendo plaguicidas y compuestos químicos industriales, están relacionados con un incremento de los niveles de estrés oxidativo.
El trabajo, basado en el seguimiento durante 10 años de 400 individuos ha concluido que una mayor exposición a dos plaguicidas organoclorados (hexaclorobenceno y un componente del lindano), se asocia con un mayor riesgo de síndrome metabólico.
“Nuestros resultados indican que la exposición a dosis relativamente bajas de estos compuestos químicos durante períodos prolongados podría incrementar el riesgo de diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión, así como niveles alterados de colesterol, triglicéridos y/o glucosa, posiblemente a través de la generación de estrés oxidativo, entre otros posibles mecanismos”, explica Juan Pedro Arrebola, coordinador del estudio e investigador del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y de la Universidad de Granada.
Los compuestos estudiados, a pesar de estar prohibidos en la actualidad, continúan presentes en casi todas las personas porque son muy difíciles de degradar y porque seguimos estando expuestos a través de la dieta (principalmente por el consumo de alimentos muy grasos de origen animal), lo que hace que terminen acumulándose en nuestros tejidos grasos, aunque las concentraciones varían mucho entre individuos.
Los resultados de estos trabajos acaban de ser publicados en las revistas Environmental Science & Technology y Environment International.
Tomado de jano.es