Un estudio realizado por investigadores de la Ponce Health Sciences University, identificó que el ejercicio voluntario tiene un impacto en la composición corporal y reduce el desarrollo de vesículas en un modelo animal con endometriosis.
Modelos de ratón fueron preparados en cajas con ruedas para la realización de ejercicio voluntario y evaluar la evolución. En este sentido, se encontró que el grupo de endometriosis ganó significativamente menos peso mientras tenía un consumo de alimentos significativamente mayor después de cirugía.
A su vez, el grupo de ejercicio con la enfermedad tuvo una disminución significativa del tamaño de la vesícula en comparación con el grupo de ejercicio que no tiene la condición. No obstante, se observó una disminución significativa en el número de vesículas desarrolladas por rata en el grupo de ejercicio.
"Aunque ningún ejercicio tuvo cantidades significativamente mayores de grasa mesentérica en comparación con el control simulado, la proporción de grasa muscular aumentó en el grupo con endometriosis cuando se comparó con el grupo control, lo que indica que las diferencias se debieron a la presencia de menos grasa en lugar de diferencias en el peso muscular después del ejercicio"
explicó Jonathan Velázquez, asistente investigativo del laboratorio de la doctora Caroline Appleyard en el recinto.
Como resultado, el ejercicio físico voluntario mejora el desarrollo de vesículas y promueve la disminución de la composición de la grasa corporal, en al menos estos estudios. Sin embargo, la intensidad del ejercicio físico voluntario contribuyó al grado de impacto en el desarrollo de vesículas.
"Estos resultados refuerzan los efectos beneficiosos potenciales del ejercicio físico voluntario como parte de una rutina diaria para reducir los síntomas de la endometriosis en los pacientes"
agregó Velázquez, quien presentó el caso en el Complejo Ferial de Ponce.