La conexión anormal entre una fístula coronaria que conectó con arteria pulmonar revoluciona a la cardiología boricua.
Una fístula coronaria aporta a la literatura médica puertorriqueña, pues un atípico caso clínico se registró en medio de una conexión anormal entre una arteria coronaria que se desvió esta vez hacia una arteria pulmonar.
Y es que según fue revelado a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP), una paciente de 45 años desarrolló una cardiomiopatía que, en vez estar originada por las causas más comunes de insuficiencia cardiaca (enfermedad coronaria, hipertensión arterial, enfermedad valvular, miocardiopatía, toxinas, viral), la misma fue causada por una fístula coronaria que se conectaba con la arteria pulmonar, siendo estos casos menos comunes en la literatura médica.
Entre los autores del caso estuvieron los doctores; Valentín del Río Santiago cardiólogo intervencional y presidente del PCI Cardiology Group; Aracelis Nieves Rodríguez y Carlos Anaya.
La mujer poseía historial médico pasado de hipertiroidismo y asma bronquial. Su historial familiar era uno significativo por tener enfermedad cardiovascular, incluyendo enfermedad coronaria.
En sala de emergencia del Manatí Medical Center (MMC), la paciente se presentó con 2 a 3 semanas de fatiga progresiva, dificultad para respirar, dolor de pecho, y edema bilateral de las piernas.
El ecocardiograma reflejó una fracción de eyección (fuerza del corazón) entre 15 a 20% (normal es ritmo mayor de 55%), disfunción diastólica tipo 1 e insuficiencia leve-moderada de la válvula tricúspide (válvula tricúspide (flujo de sangre de la cavidad superior derecha del corazón).
La recomendación del equipo médico fue someter a la paciente a un cateterismo cardiaco.
“Se le realizó un cateterismo del lado izquierdo y derecho del corazón. En el cateterismo del lado derecho encontré presiones pulmonares elevadas consistentes con hipertensión pulmonar moderada. En el cateterismo izquierdo (angiograma coronario) no encontré evidencia de enfermedad coronaria que explicara la severidad de la insuficiencia cardiaca”, explicó en primera instancia el doctor Del Río a MSP.
“Sin embargo, incidentalmente encontramos una fístula coronaria grande y tortuosa que comunicaba la parte proximal de la arteria coronaria derecha con el tronco de la arteria pulmonar. Esa comunicación y flujo anormal de la sangre, el cual en el mayor de los casos es de origen congénito, y en ausencia de enfermedad coronaria era la causa para la insuficiencia cardiaca sistólica de nuestra paciente”, declaró.
Cabe destacar que las fístulas arteriales coronarias (CAF, por sus siglas en inglés) son condiciones raras que afecta solo a 0.9% de la población cardíaca adultas, según estipula la literatura. La afección de paso es una congénita, relacionada a ciertas alteraciones en el desarrollo embriológico normal.
“Los sitios de origen de estas fístulas vienen mayormente de la arteria coronaria derecha, aproximadamente un 50 a 60 por ciento y el 30 a 40 por ciento de la arteria coronaria izquierda. Por otro lado, el sitio de culminación (drenaje) de estas fístulas la mayoría de las veces, alrededor de un 40 por ciento es el ventrículo derecho; el 25 por ciento drena al atrio izquierdo y el 15 a 20 por ciento drena a las arterias pulmonares”, desglosó a MSP el cardiólogo intervencional.
Asimismo, el especialista confesó que el caso constituye uno de los pocos casos que ha podido ver en su carrera como especialista desde el año 2014.
No obstante, el equipo médico enfrentó con éxito el caso clínico, revirtiendo el escenario de la paciente al cerrar la fístula en el laboratorio de cateterismo.
“Usualmente cuando las fístulas son pequeñas el paciente no presenta ningún síntoma. Por el contrario, con fístulas coronarias grandes el paciente puede presentar síntomas tales como: dolor de pecho, hipertensión pulmonar, arritmias, entre otros”, estableció.
“Es importante que una vez el paciente tiene síntomas o fallo cardíaco severo, hay que considerar cerrar -en este caso percutáneamente- las fístulas coronarias, especialmente si es grande. En nuestra paciente, la fístula fue embolizada con cuatro “coils” que en combinación con una terapia médica óptima para fallo cardiaco logró revertir la disfunción sistólica.” abundó.
“En visitas de seguimiento pudimos documentar cómo tanto su función ventricular como su hipertensión pulmonar fueron mejorando paulatinamente. Hoy día la paciente no tiene síntomas, la fracción de eyección es normal (mayor de 55 por ciento)” y no hay evidencia de hipertensión pulmonar”, concluyó el médico.