Mientras, farmacias de la comunidad confronta cuantiosas pérdidas económicas en el despacho de fármacos.
El vertiginoso aumento en los precios de los medicamentos con y sin receta, aún en los genéricos tradicionalmente más económicos, está limitando las posibilidades de éxito del tratamiento al que se someten cientos de pacientes más allá de causarle estragos en sus billeteras. El doctor Víctor Ramos, presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, sostuvo que los galenos dan la milla extra buscando alternativas para sus pacientes al punto de cabildear y someter un sinnúmero de documentación para que las aseguradoras puedan aprobar el medicamento que han recetado.
“Para la aprobación de un medicamento, los médicos a veces tienen que someterle hasta ocho cartas para justificar su uso. Eso ahora es la norma y es un problema”, aseguró.
“Además de los medicamentos, el problema siguen siendo los PBM, que no son reguladas por nadie por ley. Hay proyectos en el Gobierno para regularlos, pero no acaban de aprobarse. Esto ocasiona que se sigan aumentando el precio de los medicamentos y el manejo abusivo de la salud. A quien único conviene esto es a las aseguradoras. Cualquier proyecto que se apruebe para regular los PMB, el Colegio de Médicos Cirujanos estará defendiéndolo”, subrayó. Y es que pacientes con Lupus, Hipotiroidismo, Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), condiciones mentales, entre otros, enfrentan un alza de hasta el triple del precio en sus tratamientos mientras las farmacias de la comunidad enfrentan pérdidas de hasta casi $100 por despacho. Como ejemplo de ello, la licenciada Idalia Bonilla, presidenta de la Asociación de Farmacias de la Comunidad, indicó a la
Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP)
que el medicamento Ritalin (Methylphenidate ER), para pacientes con TDAH, tenían antes un costo de $1.00 por pastilla versus $7.75 en la actualidad, situación que les provoca una pérdida de $94.50 por despacho.
“Lo que nosotros compramos es al costo. Nosotros no tenemos manera de negociar con ninguna aseguradora. Eso es un contrato que recibimos como proveedores. También por ejemplo, el Plaquenil (Hydroxychloroquine 200 mg), que se utiliza como tratamiento de enfermedades antiinflamatorias como el Lupus, es un producto que se ha disparado porque antes estaba en $16 y ahora me sube a $34.00, duplicándose. Entonces todos los días que yo facturo un frasco de 60 tabletas, voy a tener un negativo de $22.36 en cada receta. En esa receta podría tener al menos 20 pacientes. Me significa una pérdida diaria de $440.00”, detalló Bonilla.
“Otro producto que nos ha llamado en estos días la atención es un medicamento para pacientes de salud mental que utilizan Prolixin genérico o Fluphenazine. Antes la inyección costaba $75, ahora está en $100. Aún lo recibimos al precio de $75. Y eso significa una pérdida de $25. Igual el Flurazepam, que se utiliza para dormir, en cada receta de 30 capsulas estamos perdiendo $8.00 porque antes costaba 30 centavos y ahora está en 60 centavos”, añadió.
Asimismo, añadió que el problema mayor recae sobre los Pharmacy Benefit Management (PBM), entidad mediadora entre las farmacias y las aseguradoras que estipulan los precios a pagarles a las farmacéuticas de la comunidad y que carecen de alguna entidad que las regule y garantice a los proveedores el costo real de las drogas.
“Esto no solo afecta a las farmacias, si no la salud del paciente. En la medida en que las farmacias no puedan adquirir los medicamentos, el paciente no lo obtendrá. En la medida en que muchos medicamentos encarecidos también necesiten aprobación por parte de los planes médicos, esperando tres y hasta cuatro días, la salud del paciente se seguirá afectando y esto es inaceptable”, sentenció.
“En los casos de Levothyroxine, medicamento genérico utilizado para los pacientes con Hipotiroidismo, estamos perdiendo $13 en un despacho para 90 días. Estaba a 30 centavos y ahora a 90 centavos. Hemos acudido a la Legislatura con proyectos para regular los PBM y aún seguimos en la lucha. Nos preocupa mucho también el cambio de tratamiento constante a los pacientes de salud mental porque los planes médicos no los están aprobando rápido. Esto es preocupante”, esbozó.