La vitamina D reduce el riesgo de rechazo en trasplante de médula

Esta sustancia facilita la función de una subpoblación concreta de linfocitos, denominados linfocitos T reguladores, que regulan la respuesta del sistema inmune, previniendo así el desarrollo de la enfermedad injerto contra huésped.

Medicina y Salud Pública

    La vitamina D reduce el riesgo de rechazo en trasplante de médula

    PUBLICADO EN 'CLINICAL CANCER RESEARCH'

    Esta sustancia facilita la función de una subpoblación concreta de linfocitos, denominados linfocitos T reguladores, que regulan la respuesta del sistema inmune, previniendo así el desarrollo de la enfermedad injerto contra huésped.

    Los pacientes que toman vitamina D tras un trasplante de médula ósea tienen menos riesgo de padecer enfermedad injerto contra huésped, principal complicación después de este tipo de procedimiento, según un ensayo clínico multicéntrico español de siete años de duración liderado por la Unidad de Hematología del Hospital Universitario Virgen del Rocío y cuyos resultados se han publicado en la revista Clinical Cancer Research.

    Según un comunicado de la Junta, la investigación, denominada 'Efecto inmunomodulador de la vitamina D postrasplante alogénico' se inició en 2010 y es el primer ensayo que confirma el efecto beneficioso de la vitamina D tras el trasplante.

    Para llevar a cabo este estudio los profesionales han recurrido a financiación pública competitiva a través de una convocatoria del Ministerio de Sanidad para promover ensayos clínicos independientes, ya que la ausencia de patente sobre este compuesto "limita" su interés comercial, lo que pone de relieve la "importancia de la investigación académica independiente".

    En total, 150 pacientes han participado en este ensayo fase I-IIa diseñado para confirmar inicialmente la seguridad y bajo perfil de toxicidad de este compuesto y posteriormente su potencial efecto beneficioso.

    Para llegar a esta conclusión, los autores, liderados por el director de la Unidad, José Antonio Pérez Simón, han comparado los resultados del trasplante en 50 pacientes que no tomaron la vitamina (grupo control) con los de otros 50 pacientes que recibieron un mililitro de vitamina D al día y otros 50 que tomaron unos cinco mililitros al día. Cinco hospitales españoles (Hospital de Salamanca, Hospital de Jerez, Hospital Vall d'Hebron, Hospital Carlos Haya y el Instituto Catalán de Oncología) han colaborado también en la selección y seguimiento de pacientes.

    De esta forma, se han realizado extracciones periódicas de sangre a todos los pacientes y los estudios biológicos se han centralizado en el Laboratorio de Citometría (Doctora Caballero-Velázquez) del servicio de hematología del Hospital Virgen del Rocío. Además, cabe destacar la participación de investigadores básicos del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), de la Unidad de Ensayos Clínicos (Clara Roso) y de los hematólogos clínicos de la planta (en especial la doctora Isabel Montero), entre otros.

    Linfocitos T reguladores

    La vitamina D ayuda al organismo a absorber y fijar el calcio en los huesos. La forma activa de la vitamina D se sintetiza en la piel y precisa del funcionamiento adecuado de riñón e hígado, además de poder administrarse por vía oral. Las células del sistema inmune tienen receptores para la vitamina D, de ahí su efecto beneficioso, por ejemplo, facilitando el efecto de dicho sistema inmune frente a diversos patógenos.

    Pero además, esta sustancia facilitaría también la función de una subpoblación concreta de linfocitos, denominados linfocitos T reguladores, que generan tolerancia inmunológica, regulando la respuesta del sistema inmune. De ahí que los investigadores hayan querido extrapolar estos beneficios al contexto del trasplante para prevenir la activación del sistema inmune tras el trasplante, que conduce al desarrollo de la enfermedad injerto contra huésped.

    Esta enfermedad puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea (también llamado trasplante de células madre hematopoyéticas) de un donante. Las células trasplantadas pueden reconocer al receptor (paciente) como extraño y atacarlo, principalmente la piel (erupción cutánea), tubo digestivo (dolor o cólicos abdominales, náuseas, vómitos) o hígado (ictericia, esto es coloración amarillenta de la piel o los ojos).

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