La obesidad es una enfermedad crónica que se ha convertido en la epidemia del siglo XXI. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Por: Paula Alejandra Rojas Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
La obesidad es una enfermedad crónica que se ha convertido en la epidemia del siglo XXI. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. A su vez, la mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal. En la actualidad, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), ha develado la relación entre la obesidad y el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Según declaraciones de la doctora Purificación Martínez de Icaya, de la junta directiva de la SEEDO, a medida que se va ganando peso el tejido subcutáneo pierde capacidad para acumular la grasa, que se va hacia el abdomen, donde tiene más sitio. Pero cuando el tejido adiposo abdominal se llena también, la grasa se desplaza hacia el corazón, los músculos, el hígado, los riñones y el sistema nervioso central. Por ello, se empiezan a desarrollar las enfermedades crónicas. Asimismo, uno de los mecanismos que parece asociar deterioro cognitivo y demencia es la presencia de resistencia a la insulina en los pacientes con obesidad, especialmente cuando se localiza en el abdomen. Esto se sabe debido a que un estudio reciente de la SEEDO y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), ha mostrado que una mayor resistencia a la insulina se relaciona con niveles más altos de beta-amiloide, sustancia implicada directamente en el desarrollo de algunos tipos de demencia. Otro de los factores, es que las personas con obesidad pueden presentar enfermedades cardiovasculares asociadas, que influyen de manera negativa sobre el riesgo sanguíneo cerebral y, por tanto, contribuyen al deterioro cognitivo. Los investigadores aseguran que entre más índice de masa corporal (IMC), más trastorno cognitivo en personas de edad media. Sin embargo, también señalan que actuar contra la obesidad puede revertir en parte ese deterioro cognitivo. De hecho, se sabe que perder peso reduce a la mitad ese trastorno y que se da una reducción del riesgo de demencia con la realización de ejercicio físico de manera regular.