Más de 150 expertos reunidos en Onconnect muestran los resultados que la nueva estrategia está cosechando en cáncer de pulmón, melanoma, riñón y cabeza
Más de 150 expertos reunidos en Onconnect muestran los resultados que la nueva estrategia está cosechando en cáncer de pulmón, melanoma, riñón y cabeza
La aplicación de esta terapia contra el cáncer, con la que se lleva «ensayando» más de una década, se ha convertido en una opción segura para mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. El concepto de que el propio sistema inmune sea capaz de luchar de un modo eficaz y selectivo contra las células cancerosas, es ya una realidad en tumores de mal pronóstico como el melanoma avanzado y el cáncer de pulmón metastásico. En otros como el cáncer renal o el de cabeza y cuello representa cada vez más la primera opción de tratamiento y está consiguiendo resultados inimaginables hace unos años, tal y como se ha expuesto en el encuentro Onconnect, organizado por la compañía farmacéutica Bristol-Myers Squibb.
En esta última edición, bajo el lema de «Lo imposible es posible en Inmuno-Oncología», este año se han reunido en Madrid más de 150 expertos nacionales e internacionales para debatir sobre los últimos avances en terapias inmunológicas y actualizar los conocimientos en cuatro tipos de cáncer difíciles de tratar. Entre otros, han participado Thomas Powles, profesor de Oncología Genitourinaria y director del Barts Cancer Center (Londres); Luis Paz-Ares, jefe de Servicio de Oncología en el Hospital Universitario 12 de octubre (Madrid) o Carlos Chaib, jefe médico de Onco-Hematología de Bristol-Myers Squibb España.
Todos coincidieron en el cambio de paradigma que ha traído esta estrategia. En palabras de Luis Paz-Ares, jefe de servicio de Oncología del Hospital 12 de Octubre (Madrid) y experto en cáncer de pulmón: «afortunadamente en los últimos años hemos visto que una nueva era de inmunoterapia ha llegado al cáncer de pulmón. De manera que, hoy por hoy, representan una alternativa que ofrece a los pacientesmayores posibilidades de controlar la enfermedad y una mejoría sintomática; en definitiva: vivir más y mejor.
Es particularmente relevante que con estos nuevos fármacos un 20% de los pacientes tienen respuestas apreciables y que el 15 % de los pacientes sobreviven a los 5 años (antes solo era un 1 o 2 %)». Cuando se trata de este tipo de cáncer, las cifras hablan por sí mismas.
Cada año se diagnostican 30.000 personas con cáncer de pulmón en España, una enfermedad que causa mucho sufrimiento. A esta circunstancia, se suma el diagnóstico tardío de la enfermedad, que provoca que los especialistas tengan que hacer frente a tumores muy avanzados. Para Paz-Ares, una de las ventajas esenciales de estos nuevos fármacos es que funcionan en ese perfil de pacientes tan complicado. «El paciente que mejor responde a la combinación de inmunoterapia es aquel con la enfermedad en un estadio avanzado pero que tiene un tumor menos agresivo, con una alta expresión de una proteína llamada PDL1 (ya que este tipo de fármacos actúan contra esta proteína). También parece que los tumores que tienen más mutaciones se pueden beneficiar más de estos tratamientos, y luego hay componentes que todavía no sabemos», matiza.
Otro de los cánceres en los que el uso de inmunoterapia ha resultado más exitoso es en el melanoma metastásico, que hasta hace diez años era considerado una condición incurable, con una esperanza de vida de entre siete u ocho meses. «A día de hoy, ya disponemos de esa década de experiencia , que ha conseguido que un 20% de los pacientes estén vivos a lo largo de estos años. También disponemos de estudios de pacientes tratados con una combinación de fármacos de inmunoterapia en los que la supervivencia es de un 50%», señala Almudena García, especialista del Servicio de Oncología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).
«El cáncer de riñón, junto con el melanoma, es el tumor en el que más experiencia había en inmunoterapia. El problema con la inmunoterapia que se utilizaban antes, las citoquinas, era que inducían en el paciente el síndrome pseudo-gripal, es decir: un estado de gripe constante, para el resto de su vida, con el objetivo de potenciar su propio sistema inmune y que luchara contra el tumor», explica Enrique Grande, jefe de servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center. «Los oncólogos odiábamos este tratamiento, porque, aunque nos ayudó a curar a muchas personas, sumaba sufrimiento al que ya de por sí tenía el paciente por su enfermedad», añade.
Para estos especialistas, la llegada de las nuevas moléculas ha supuesto una revolución, una nueva forma de «hacer diana» para activar el sistema inmune del propio paciente. «Desde hace un año (y la Agencia Europea del Medicamento lo ha aprobado recientemente) sabemos que la combinación de inmunoterápicos, dados desde el inicio (sin necesidad de esperar a que funcionen o fracasen los antiangiogénicos) es la terapia ideal para conseguir más supervivencia global como una mejora de la calidad de vida». «El 10% de los pacientes de cáncer de riñón con metástasis responden de manera completa (es decir, con la total desaparición del cáncer) y, a los 30 meses, más del 80% de ellos no ha vuelto a recaer», concluye Grande.
Respecto al cáncer de cabeza y cuello, el uso de la inmunoterapia es relevante en la mejora de la calidad de vida. Gracias a su baja toxicidad, contribuye a evitar las secuelas fisiológicas (comer, beber,...), personales (aspecto físico, voz...) y sensoriales (olfato, gusto,...) tanto de los tumores como de las cirugías agresivas a las que los pacientes tienen que someterse.