El mejor momento para dejar de fumar es siempre justo ahora, así lo demuestra un estudio publicado este martes en la revista Journal of the American Medical Association, donde se constata que el cuerpo de un fumador necesita por lo menos de 5 a 10 años e incluso hasta 25, para que el riesgo cardiovascular sea tan bajo como el de una persona que nunca a fumado. Esto deja en entredicho que limpiar el corazón por completo después de dejar fumar, no es una tarea fácil para el organismo, pero tampoco es un imposible.
A pesar de que el balance puede sonar un poco desesperanzador, el estudio afirma que dejar de fumar en cualquier momento tiene un beneficio inmediato sobre la salud, aún incluso en los fumadores empedernidos.
Meredith Duncan, autora principal del estudio y quien dirigió los análisis para la División de Medicina Cardiovascular del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, asegura que a los cinco años siguientes de dejar el tabaco el riego se reduce en un 39%. No obstante, para conseguir un riesgo al nivel de alguien que nunca ha fumado se necesita mucho más tiempo.
“Hay un beneficio inmenso al dejar de fumar. Observamos que los ex fumadores empedernidos redujeron su riesgo de enfermedad cardiovascular en un 39% dentro de los 5 años posteriores al abandono del hábito, en comparación con aquellos que continuaban fumando. Por lo tanto, incluso entre los grandes fumadores, abogamos firmemente por dejar el hábito”
aconseja Duncan.
Basándose en 8.700 datos de personas sanas a las que se realizó un seguimiento durante 27 años, se evidenció que más del 70% de las enfermedades cardiovasculares las sufren personas que fumaron por lo menos un paquete al día durante veinte años. No obstante los resultados de esta investigación variaron según el grupo analizado.
Los investigadores utilizaron datos del Instituto de investigación Framingham Heart Study, un estudio longitudinal de hombres y mujeres de Framingham, Massachusetts, que comenzó la inscripción en 1948 y que ahora también incluye a sus hijos y nietos.
El análisis echó mano de datos prospectivos de 1954 a 2014, exactamente 8.770 participantes; de estos 3.805 hacían parte de la cohorte original y 4.965 de la cohorte de descendientes, para determinar el efecto del tabaquismo y su abandono en el riesgo de ECV, que incluye infarto de miocardio, ictus, muerte por ECV y fallo cardíaco.
Al agrupar las cohortes, observaron que lleva de 10 a 15 años que un gran ex fumador tenga un riesgo cardiovascular similar al de alguien que nunca ha fumado. Pero si el análisis se hacía en las cohortes original y de descendientes, por separado, este curso de tiempo era de 5-10 años o más de 25 años desde el abandono del tabaquismo, respectivamente.
“Creemos que los resultados variables probablemente se deban a una diferencia de edad promedio de 14 años al inicio (la cohorte original tenía una edad promedio de 50 años, mientras que era de 36 años en la cohorte de descendientes). Además, creemos que las tendencias temporales y la composición cambiante de los cigarrillos a lo largo del tiempo pueden haber contribuido a estas diferencias”
resalta Meredith Duncan.
Alrededor de este nuevo estudio y como llamado de atención, Meredith Duncan, destaca, que no hay una cantidad segura para fumar, ya que incluso pequeñas cantidades de tabaco pueden nocivamente perjudiciales para la salud.