De acuerdo con un estudio publicado en el Journal of the Endocrine Society, el uso de cigarrillos electrónicos antes de la concepción retrasó la implantación de un embrión fertilizado en el útero, lo que demoró y redujo la fertilidad en ratones.
El vapeo se ha convertido en una alternativa más segura al tabaquismo. Sin embargo, los conocimientos sobre los efectos en la fertilidad en las mujeres son pocos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en EE.UU., el número de estudiantes de secundaria y preparatoria que usan cigarrillos electrónicos aumentó de 2,1 millones en 2017 a 3,6 millones en 2018.
Los resultados de esta investigación añaden un nuevo posible riesgo al consumo de estos dispositivos. Según Kathleen Caron, autora del estudio y miembro de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., descubrieron “que el uso de cigarrillos electrónicos antes de la concepción, retrasaba la implantación de un embrión fertilizado en el útero, lo que retrasó y demoró la fertilidad en ratones”.
“También descubrimos que el uso de cigarrillos electrónicos durante el embarazo cambió la salud a largo plazo y el metabolismo de la descendencia femenina, lo que supone efectos de segunda generación para toda la vida en el feto en crecimiento”,
agregó Caron.
En este estudio, los investigadores utilizaron un modelo de ratón para examinar si la exposición al cigarrillo electrónico perjudica la fertilidad y la salud de la descendencia.
Después de la exposición al vapor del cigarrillo electrónico, las hembras mostraron una disminución de la implantación de embriones y un retraso significativo en el inicio del embarazo con la primera camada.
Las crías hembras expuestas a los cigarrillos electrónicos en el útero tampoco lograron ganar tanto peso como los ratones de control en la marca de 8.5 meses.
“Estos hallazgos son importantes porque cambian nuestros puntos de vista sobre la seguridad percibida de los cigarrillos electrónicos como alternativas a los cigarrillos tradicionales antes y durante el embarazo”,
reiteró Caron.
Según los resultados provisionales de la encuesta EDADES 2018/2019 aportados por la delegada del Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí, alrededor de uno de cada dos jóvenes españoles de entre 14 y 18 años ha probado en alguna ocasión los cigarrillos electrónicos.
De hecho, tal y como ha recordado la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, se ha comprobado que muchos de los jóvenes que los utilizan no fumaban antes, por lo que son una “puerta de entrada” al consumo de tabaco, sustancia vinculada a 50 000 muertes anuales en este país.
“Ya hay evidencias científicas a corto plazo de que los efectos a los 5 minutos de fumar un cigarro electrónico son similares a los del humo del tabaco y de que pueden producir cambios permanentes en la función pulmonar”,
aseguró Martí.