En Puerto Rico, por ordenanza gubernamental, a partir del 15 de marzo de 2020, se limitaron los servicios dentales a solo casos de urgencia para controlar la propagación del virus COVID-19 (Sars-cov-2). Sin embargo, se creó un dilema ético deontológico médico para aquellos dentistas que visitan pacientes adultos mayores en sus hogares. Esto debido a que los estudios epidemiológicos han destacado que la población más vulnerable, es precisamente la de los adultos mayores de 60 años y más aún aquellos con comorbilidades clínicas2,6. El doctor Juan Molina Negrón, dedicado al cuidado de adultos mayores frágiles encamados en el hogar, se le presentó la difícil decisión de atender urgencias dentales a estos pacientes en el hogar para evitar que fuesen atendidos en instituciones hospitalarias donde el riesgo a contagio es mayor, así como la probabilidad de muerte por dicho contagio. Proveer servicios dentales a estos pacientes durante esta emergencia es prioridad.
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