Estudio asocia alta frecuencia cardiaca en reposo con riesgo de demencia

Los hallazgos asocian una frecuencia cardiaca en reposo elevada de más de 80 latidos por minuto con la demencia y el deterioro cognitivo en la vejez.

Sergio Nicolás Ortiz Cortés Sergio Nicolás Ortiz Cortés
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Estudio asocia alta frecuencia cardiaca en reposo con riesgo de demencia

Una frecuencia cardiaca en reposo más alta se asocia con un mayor riesgo de demencia y un deterioro cognitivo acelerado en los adultos mayores, independientemente de la presencia de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Para los expertos, la frecuencia cardiaca en reposo es fácil de medir y podría usarse para identificar a los adultos mayores potencialmente en alto riesgo de demencia y deterioro cognitivo para realizar intervenciones tempranas.

"Los profesionales de la salud deben ser conscientes de las posibles consecuencias cognitivas asociadas con una frecuencia cardiaca en reposo elevada en las personas mayores y pueden aconsejar a las personas mayores con una frecuencia cardiaca en reposo alta que se sometan a una evaluación de seguimiento de la función cognitiva" comento una de las investigadoras..

Los hallazgos se basan en 2.147 adultos (62% de sexo femenino) de 60 años o más (edad promedio: 70,6 años), en el que todos estaban libres de demencia al inicio del estudio y se les hizo un seguimiento regular de 2001 a 2004 y de 2013 a 2016.


La frecuencia cardiaca en reposo promedio al inicio del estudio fue de 65,7 latidos por minuto. Los individuos en los grupos de frecuencia cardiaca en reposo más altos eran mayores, con menor nivel educativo y tenían más probabilidades de ser fumadores, sedentarios y tener hipertensión.

No hubo diferencias entre los grupos de frecuencia cardiaca en reposo en la prevalencia de enfermedad cardiovascular al inicio del estudio.

Durante una mediana de seguimiento de 11,4 años, se diagnosticó demencia a 289 participantes.

En el modelo totalmente ajustado, los participantes con frecuencia cardiaca en reposo de 80 latidos por minuto o más tenían un riesgo 55% mayor de desarrollar demencia en comparación con sus compañeros con frecuencia cardiaca en reposo más bajo de 60 a 69 latidos por minuto. 

"Esta asociación no se debió a enfermedades cardiovasculares subyacentes como la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca, que es importante porque la frecuencia cardiaca en reposo elevada a menudo se relaciona con enfermedades cardiacas", comentó una de las investigadoras.

Con respecto a la función cognitiva, las puntuaciones del Mini-Examen del Estado Mental disminuyeron con el tiempo durante el periodo de seguimiento en todos los grupos de frecuencia cardiaca en reposo, pero los participantes con frecuencia cardiaca en reposo de 70 a 79 y más de 80 latidos por minuto tuvieron una mayor disminución en comparación con aquellos con frecuencia cardiaca en reposo más baja con 60 a 69 latidos por minuto.

Estos hallazgos asocian una frecuencia cardiaca en reposo elevada de más de 80 latidos por minuto en la mediana edad con la demencia y el deterioro cognitivo en la vejez.

A este estudio se suman más investigaciones creciente que muestran que la salud del corazón y el cerebro tiene estrecha conexión. Sin embargo, este estudio solo muestra una correlación entre la frecuencia cardiaca en reposo y la cognición, no su causalidad, por lo que se necesita más investigación.


La evidencia muestra que otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular e ictus (obesidad, presión arterial alta y diabetes) tienen un impacto negativo en la salud cognitiva.

La Alzheimer’s Association cree que el manejo de la salud del corazón es algo que todos deberían hablar con su médico.

Hay cosas que puede hacer hoy para reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular, incluido el ejercicio regular y mantener una dieta saludable. Mejorar la salud de su corazón es un paso importante para mantener la salud de su cerebro a medida que envejece. agregó uno de los investigadores.

Fuente consultada aquí.

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

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