Las secuelas del COVID-19 pueden llevar a los pacientes a enfrentar serios problemas cardíacos.
Las secuelas del COVID-19 pueden llevar a pacientes a enfrentar serios problemas cardíacos, por lo que la infección con el virus no debe ser subestimada, advirtió hoy la presidenta del Capítulo de Cardiología del Colegio de Médicos de Puerto Rico.
La Doctora Norma Devarie confirmó que las personas que sufren miocarditis tras quedar infectados por el virus permanecen con funciones cardiacas bajas, aún después de arrojar negativo en las pruebas.
"Sabemos de personas a las que ha sido necesario someterlas a trasplante de corazón y pulmón, sobre todo los afectados por la variante Delta. Hay otras personas que han quedado con arritmia cuando la parte eléctrica del corazón pierde la sincronización en pacientes con COVID", dijo Devarie.
La especialista formuló el comentario en una entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública en la que advirtió que el COVID puede generar el desarrollo de coágulos de sangre al ser una condición inflamatoria.
"La enfermedad del COVID es una enfermedad inflamatoria y la condición coronaria es una enfermedad inflamatoria en las arterias y eso mismo causa el COVID", dijo. Recordó que hay personas con COVID que han tenido infartos cardiacos y subrayó que el ataque del virus debe tomarse en serio.
"Me da mucha pena cuando hay personas que insisten en que el COVID es un catarrito fuerte y eso hay que decirlo a personas que han perdido a familiares con COVID", agregó.
Devarie apuntó que las complicaciones a largo plazo están por verse y exhortó a los pacientes con condiciones en el sistema cardiovascular, los obesos y a los que padecen alta presión arterial a vacunarse.
125 cardiólogos atienden las crisis del país, se reduce el número de especialistas
Solo 125 cardiólogos en la isla atienden las crisis de miles de pacientes con serios problemas cardiovasculares en medio de un ambiente de alta tensión social, y con una muy limitada cantidad de cirujanos cardiotorácicos, confirmó hoy la presidenta del Capítulo de Cardiología del Colegio Médico de Puerto Rico.
La Doctora Norma Devarie dijo que la isla llegó a tener más de 300 especialistas en este campo, pero ha ido perdiendo muchos de estos porque se retiran, se van del país en busca de mejores opciones de trabajo e incluso se preparan aquí, pero hacen su carrera en el exterior.
"Llegamos a tener 300 cardiólogos. Los que tenemos ahora no son suficientes y hay municipios de la isla que no tienen un cardiólogo cercano. Muchos terminan su especialidad y se marchan. Se van a ir porque las condiciones de trabajo en la Isla para los médicos se parecen mucho a las malas condiciones de las enfermeras, terapistas o los empleados de emergencias médicas y farmacia", dijo.
"La edad promedio que tienen los cardiólogos en la isla oscila entre los 55 y 58 años, porque muchos jóvenes se van. Los cirujanos cardiovasculares eran 10 cuando empecé a trabajar en el Centro Cardiovascular de San Juan y ahora son diez en todo Puerto Rico. Hay solo un cirujano cardiotorácico para adultos y uno pediátrico”, aseveró.
Devarie recordó, para la Revista de Medicina y Salud Pública, que las condiciones del corazón son la causa principal de muerte en la isla, pues muchos de los pacientes sencillamente no siguen las instrucciones de sus médicos y una gran cantidad de ellos viven en situaciones de tensión que agravan su condición.
"Vivimos en momentos de tensión que pueden provocar ataques cardíacos y tenemos gente trabajando en dos o más empleos y eso no es saludable. La vida no puede ser todo trabajo. Hay que ejercitarse, ir a un cine, ir a un parque", dijo la médico al referirse al caso de un maestro que trabajaba también como guardia de seguridad y perdió la vida en un accidente de tránsito en Cataño.
Devarie sostuvo que por presiones económicas hay una parte importante de la clase trabajadora que mantiene más de un empleo, come de manera poco saludable y posiblemente fuma.