Se estima que la trombosis de vena profunda es una de las principales causas de muerte cardiovascular más común en la población mundial.
La trombosis venosa profunda ocurre cuando se forma un coágulo de sangre o trombo en una de las venas profundas del cuerpo, que por lo general son las piernas. De acuerdo con el Dr. Antonio Orraca, cardiólogo y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, esta afección sanguínea puede no presentar síntomas específicos en algunos pacientes.
El especialista resaltó la importancia de hablar de las trombosis de vena profunda, ya que pueden ser causantes de otras afecciones graves en la sangre e incluso aumentan el riesgo de muerte en los pacientes. “Es importante reconocerlo y hablar de esto porque da paso a complicaciones más severas como las embolias pulmonares, que junto a las trombosis de vena profunda, son la tercera causa de muerte cardiovascular más común en el mundo, luego de los infartos de corazón y derrames cerebrales”.
Asimismo, enfatizó que es indispensable que los profesionales de la salud identifiquen y diferencien una trombosis y una trombosis de vena profunda, ya que el manejo que se le da al paciente es diferente. En el caso de las trombosis de venas superficiales, el tratamiento está orientado a prevenir complicaciones asociadas a una trombosis de vena profunda.
“Hasta un 50 % o un poco más de estos coágulos que se forman en las piernas pudiesen migrar y dar paso a embolias pulmonares. Las embolias pulmonares y los coágulos en combinación generan entre 300 a 400 muertes al año y no es porque los pacientes no respondan al tratamiento, es porque no se trata de la forma debida”, afirmó el cardiólogo.
Diagnóstico de la TVP: sonograma
Sobre el diagnóstico de los coágulos en los pacientes, el especialista explicó que cuando a un paciente se le evalúa en la sala de emergencias es importante establecer la probabilidad que tiene de tener un coágulo y con base en ello determinan la vía por la cual harán los estudios médicos.
“A los pacientes con probabilidad baja a intermedia, muchas veces con hacer una prueba de dímero D, si sale bajo o negativo uno puede descartar el diagnóstico”, indicó. Cabe mencionar que la prueba del dímero D se suele usar para averiguar si la persona tiene un trastorno de la coagulación de la sangre, como: trombosis venosa profunda.
“Lo que sucede con el dímero es que si el paciente tiene un coágulo saldrá positivo, de salir positivo uno tiene que confirmar el diagnóstico y usualmente lo que utilizamos es la prueba de ultrasonido. Uno tiene que hacer un sonograma de la extremidad, buscando ese coágulo y buscando las características de la vena que nos da el diagnóstico con certeza”, especificó el Dr. Orraca.
Además, el especialista destacó el uso de esta herramienta, ya que le brinda comodidad al paciente, no lo expone a la radiación y es útil para el diagnóstico preciso de la trombosis venosa profunda.
Perfil de los pacientes con TVP
Los principales factores de riesgo que mencionó el Dr. Orraca, sobre la trombosis de vena profunda, son:
Un paciente que esté hospitalizado e inmovilizado por más de 48 a 72 horas
Haber pasado por traumas o cirugías recientes que lleven a inmovilidad prolongada
Diabetes
Consumo de cigarrillo
Uso de pastillas anticonceptivas
Insuficiencia venosa
Obesidad
El estado de embarazo transitoriamente aumenta el riesgo de formar coágulos
Condiciones hereditarias que predisponen
“Otros factores de riesgo que debemos tener en mente cuando tenemos una sospecha son los pacientes con cáncer. Un paciente con cáncer tiene más riesgo de presentar un coágulo que un paciente que no tiene”, enfatizó el especialista.
Principales tratamientos
Los anticoagulantes son uno de los medicamentos más comunes para tratar la trombosis venosa profunda, su objetivo básicamente es estabilizar el coágulo a medida que el cuerpo tiene la capacidad para disolverlo y disminuir el riesgo de complicaciones en los pacientes.
Sin embargo, el uso de los anticoagulantes genera efectos secundarios en los pacientes, por lo que los especialistas brindan otras alternativas, en especial para quienes tienen riesgo de sangrado.
“Los anticoagulantes, al inhibir esa cascada de coagulación, ponen al paciente en un riesgo más alto de sangrado y cada vez que vamos a considerar la anticoagulación debemos tomar en cuenta el riesgo del paciente de sangrar y revisar riesgos vs. beneficios”.
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