No existe cantidad segura de consumo de alcohol para el cerebro; incluso el consumo moderado de alcohol afecta negativamente a la estructura y función cerebral.
La continua falta de sueño induce al cerebro a devorar de forma indiscriminada neuronas y conexiones sinápticas
El cerebro reacciona con mayor agilidad ante estímulos externos -como la voz- cuando considera que son amenazantes, una asociación que realiza a partir del tono que escuche.
El daño que provoca el consumo de alcohol en el cerebro no se frena inmediatamente después de abandonar el hábito.
Cuando una persona sufre un infarto cerebral -por una hemorragia, obstrucción o compresión de un vaso sanguíneo- las células que quedan desprovistas de oxígeno pueden morir.
Comprender los circuitos neuronales que subyacen a la incertidumbre es un paso hacia mejores terapias.
Los únicos medicamentos aprobados para el alzhéimer solo alivian algunos de los síntomas, parcial y temporalmente, pero no detienen el progreso de la enfermedad.
Las causas más frecuentes de hemorragia cerebral son la hipertensión arterial, los traumatismos y la angiopatía amiloide.
Aunque el alzhéimer es una de las enfermedades más santiguas no se tiene una cura específica que pueda erradicar esta malignidad degenerativa
Uno de los grandes problemas de la enfermedad es que su etapa preclínica puede extenderse entre 10 y 15 años.