Ablación de venas pulmonares: importante alternativa para pacientes con fibrilación atrial

Después de la ablación cardíaca, incluido el aislamiento de las venas pulmonares, la mayoría de las personas ven mejoras en su calidad de vida.

Pedro Felipe Cuellar

    Ablación de venas pulmonares: importante alternativa para pacientes con fibrilación atrial

    Dentro de la fibrilación atrial, existen diferentes intervenciones que se pueden hacer para mejorar la situación del paciente, entre estos procedimientos se destacan los mínimamente invasivos, por lo general, a través de las venas, como lo es la ablación de venas pulmonares que es, “un procedimiento que se utiliza para tratar de curar de dónde sale la arritmia, y dónde se produce”, confirma la Dra. Sharlene Medina, cardióloga intervencional. 

    En este procedimiento se usa energía caliente o fría (crioterapia) para llegar a crear pequeñas cicatrices en el corazón, que puedan bloquear las señales eléctricas anormales y, así mismo, restablecer el correcto ritmo cardiaco. 

    Cabe resaltar que la crioterapia, es un proceso relativamente nuevo, pues antes este tratamiento solo se realizaba con energía caliente. 

    ¿Cuándo emplear este tipo de procedimientos?

    El aislamiento de las venas pulmonares se efectúa, con el fin de aliviar los signos y síntomas de fibrilación auricular como palpitaciones, falta de aire y debilidad. Cuando el paciente tiene fibrilación auricular, este procedimiento mejora la calidad de vida. 

    La ablación cardiaca se implementa cuando los medicamentos y otros tratamientos no funcionan, ni restablecen el ritmo cardiaco aunque, en algunos casos, este puede ser el primer mecanismo a utilizar. Eso depende del estado del paciente y la gravedad de la fibrilación atrial. 

    ¿Cómo se realiza la ablación de venas pulmonares?

    Para poder desarrollar este tratamiento, “se debe encontrar dónde se está generando esa electricidad que está causando la fibrilación atrial. Una vez se hace ese mapa, y se encuentra dónde es, se va a las cuatro venas pulmonares, y las van quemando o enfriando para, entonces, evitar esa estimulación de la fibrilación atrial y convertir al paciente en un ritmo sinusal”, confirma la Dra. Medina. 

    En la ablación, el proceso se realiza mediante un catéter. El médico introduce tubos finos y largos (catéteres) en la ingle y los guía a través de los vasos sanguíneos hasta el corazón. 

    Aun después de realizado el procedimiento y, aunque en la mayoría de casos son exitosos, existe la posibilidad de que el latido cardíaco irregular reaparezca, pero si esto llega a suceder, se puede repetir el procedimiento, a menos que los médicos y profesionales consideren otros tratamientos.

    Posibles riesgos de la ablación:

    • Sangrado o infección en el lugar en el que se insertó el catéter.

    • Daño a los vasos sanguíneos.

    • Daño a las válvulas cardíacas.

    • Aparición o empeoramiento de problemas del ritmo cardíaco (arritmias).

    • Frecuencia cardíaca baja que puede requerir un marcapasos para corregirla.

    • Coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones (tromboembolia venosa).

    • Accidente cerebrovascular o ataque cardíaco.

    • Estrechamiento de las venas que transportan la sangre entre los pulmones y el corazón (estenosis venosa pulmonar).

    • Lesión o ulceración del esófago, que se encuentra detrás del corazón

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