Estigmas sociales frente a la esquizofrenia: el verdadero riesgo detrás de la enfermedad

Una enfermedad crónica y degenerativa como la esquizofrenia es blanco de mitos y mentiras al tratarse de un trastorno mental que juega con la percepción de la realidad.

María Camila Sánchez

    Estigmas sociales frente a la esquizofrenia: el verdadero riesgo detrás de la enfermedad

    La esquizofrenia es una patología psiquiátrica que altera la percepción de la realidad a través de ideas fijas que retan la evidencia externa (delirios), o la captación física de sensaciones y estímulos no reales (alucinaciones). En exclusiva para Revista de Medicina y Salud Pública, el Dr. Gabriel Jiménez, residente de segundo año del recinto de ciencias médicas, explicó que esta enfermedad se diagnostica a través de los síntomas.

    “La esquizofrenia tiene una constelación de criterios diagnósticos, incluidos los delirios y las alucinaciones, pero se pueden presentar desorganización de pensamientos que generalmente afectan las habilidades de comunicación al existir poca coherencia en las oraciones, conducta desorganizada que puede afectar las relaciones sociales”.

    Los síntomas de la esquizofrenia clínicamente se dividen en 3: positivos, negativos y cognitivos. La sintomatología positiva encierra los delirios y las alucinaciones; los síntomas negativos, las alteraciones del estado de ánimo, desmotivación e inexpresividad emocional; por último, los síntomas cognitivos tienen que ver con el déficit de atención y concentración, y problemas de memoria.

    No hay una reglamentación establecida que relacione las posibilidades de padecer la enfermedad, con el sexo, es decir, hombres y mujeres pueden padecerla por igual. Ahora bien, lo que sí es cierto es que, en los varones es más probable que los síntomas anteriormente mencionados, también llamados síntomas positivos, se presenten en la adolescencia hasta cerca de los 25 años, mientras que, en las mujeres los síntomas pueden aparecer desde los 20 hasta los 30 años, aproximadamente.

    “La diferencia es más marcada en los síntomas, pues los hombres tienen una prevalencia de los síntomas positivos, como las alucinaciones, los delirios, etc. En las mujeres, la predominancia es la de los síntomas negativos, como las alteraciones del estado de ánimo, desmotivación e inexpresividad emocional”, añadió el especialista.

    Para el medio puertorriqueño El Vocero el Dr. Robert Moran psiquiatra destacado en Florida, indicó que la Isla tiene la tasa de incidencia más alta en esquizofrenia en comparación con Estados Unidos.

    Lo explicado por el experto concuerda con el informe publicado por el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Conducta del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), donde se precisa que el 7.3% de los adultos puertorriqueños entre 18 y 64 años padece de una condición mental seria. La investigación añade que “el 23.7% combina alguna condición mental con abuso de drogas y/o alcohol.

    Hay varios factores que pueden contribuir a la aparición de la enfermedad, como la predisposición genética y ambiental. Sin embargo, es importante tener en consideración que el diagnóstico se realiza mediante una evaluación clínica, en la que se descartan que la presencia de características psicóticas que pueden ser resultado de afecciones como tumores, infecciones urinarias, sangrados agudos, etc.

    Generalmente, el tratamiento para la esquizofrenia es multidisciplinario, es decir, requiere del apoyo psiquiátrico y psicológico, involucrando no solo al paciente, sino a sus familiares y las personas que son más importantes para él. Ante esto, el especialista asegura que “se utiliza la psicoterapia para trabajar los pensamientos negativos que impiden al paciente valorarse a sí mismo. Es importante tener en cuenta que la enfermedad no tiene cura, pero el tratamiento permite aumentar la funcionalidad del paciente como persona”.

    Los estigmas en torno a la esquizofrenia

    Es común que cuando hablemos de esquizofrenia nos imaginemos una persona agresiva, porque con los años se ha asociado esta conducta negativa a la enfermedad cuando, en realidad, es muy poco frecuente. “Sí hay cuadros de agresividad porque nuestros pacientes están escuchando voces que en ocasiones pueden darles órdenes de forma repetida, que les provocan angustia y pueden tornarse agresivos, pero como mecanismo de defensa a esas órdenes que reciben”.

    El doctor Jiménez, asegura que los pacientes con esquizofrenia son marginalizados por ser considerados una población “diferente”, comparados con las personas que no tienen diagnóstico. La preocupación de que aún existan estigmas para con estas personas, es que pueden generar una recaída y agravamiento de los síntomas al sentirse rechazados socialmente, laboralmente, o académicamente. Ante esto, el profesional resalta “como sociedad tenemos el deber y la responsabilidad de educarnos para conocer más de la condición y frenar los estigmas que pueden poner en riesgo a los pacientes con esquizofrenia”.

    Importante recurrir con un profesional ante las primeras señales de la enfermedad

    Esta afección es causante de una variedad de deterioros tanto físicos como psicológicos, similares a los que causan otro tipo de trastornos como la depresión, el trastorno de bipolaridad y catatonia, de manera que poder recibir el tratamiento tan pronto como sea posible va a permitir retrasar estas consecuencias.

    Uno de los factores de riesgo más preocupante, es el indicio de pacientes diagnosticados con esquizofrenia, pues cerca del 20% de esta minoría comete suicidio cuando no recibe el tratamiento adecuado, o cuando no recibe la atención médica necesaria. “La importancia de recibir un tratamiento en etapa temprana, es decir, cuando aparecen los primeros síntomas permite reducir la disfuncionalidad en la vida de los pacientes y el deterioro que mencionaba anteriormente. Sin la medicación correspondiente, la persona puede manifestar síntomas similares a los de la demencia y hacerlos víctimas de agresiones por parte de otras personas hacia ellos a consecuencia de su condición no tratada”.

    Es importante que el paciente con un diagnóstico positivo pueda desarrollar una vida normal para fortalecer su autoestima; poder involucrarse en labores que sean aptas para él sin que le genere cuadros de estrés y les dé la oportunidad de aislarse.

    Vea la entrevista completa: