Diarrea y pérdida de apetito: Efectos secundarios de la quimioterapia que provocarían desnutrición

Los pacientes oncológicos requieren mayor ingesta calórica (25-30 kcal/kg/día o más) comparado con adultos sanos (20-25 kcal/kg/día), debido al incremento en el gasto energético que implica combatir la enfermedad y los efectos del tratamiento.

Por: Katherine Ardila


En Puerto Rico, donde - según consultas realizadas por "El Nuevo Día" a especialistas en epidemiología del cáncer - esta enfermedad viene siendo la segunda causa principal de mortalidad, los profesionales médicos han establecido que la intervención nutricional debe ser eje fundamental en los protocolos de tratamiento oncológico.

La realidad clínica muestra que los pacientes diagnosticados con cáncer desarrollan alteraciones metabólicas que afectan su pronóstico, respuesta al tratamiento y calidad de vida. 

Este escenario ha llevado a los especialistas a reconocer que la nutrición adecuada no es solo un complemento, sino una herramienta terapéutica esencial en el manejo multidisciplinario del paciente oncológico.  

¿Cómo se puede preparar un paciente para un tratamiento oncológico?

La Lic. Wanda González, explica los fundamentos de este modelo: "Dentro de las recomendaciones, nosotros tratamos de que el paciente aumente su ingesta de frutas y vegetales en el plan de alimentación, de igual forma, que consuma más cereales íntegros y las proteínas que sean de bajo contenido grasa o proteínas magras". 

Este planteamiento se basa en evidencias científicas que demuestran cómo los fitoquímicos presentes en frutas y vegetales ejercen efectos antiinflamatorios y antioxidantes que contrarrestan el estrés oxidativo generado por los tratamientos oncológicos, mientras que las proteínas magras ayudan a preservar la masa muscular ante el riesgo de caquexia cancerosa, una condición de desgaste muscular que afecta a algunos pacientes en estadios avanzados.  

Impacto multisistémico de los tratamientos oncológicos  

Los protocolos de quimioterapia y radioterapia, aunque son intervenciones salvavidas, generan una serie de efectos secundarios difíciles que comprometen el estado nutricional de los pacientes. 

Por eso, en palabras de la Lcda. Wanda, "la intervención médico-nutricional va dirigida a trabajar esos síntomas que el paciente pueda estar presentando secundarios al tratamiento que esté recibiendo", menciona que el objetivo es "poder mantener una ingesta óptima y prevenir algún tipo de malnutrición que muchas veces vemos en nuestros pacientes". 

Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran las alteraciones gastrointestinales, que incluyen "náuseas y vómitos, diarrea, mucositis oral, quizás falta de apetito, cambios en el sabor o aumento en el olor de ciertos alimentos". 

Esta situación se complica por las consecuencias metabólicas propias de la enfermedad oncológica, como el estado hipermetabólico y la resistencia a la insulina, que aumentan los requerimientos nutricionales del paciente mientras disminuyen su capacidad para ingerir y absorber nutrientes adecuadamente.  

Protocolos nutricionales especializados para síntomas específicos  

En el manejo de la anorexia oncológica, se implementan estrategias nutricionales específicas como el fraccionamiento alimentario en seis a ocho comidas pequeñas al día, la suplementación hipercalórica cuando es necesaria y, en algunos casos, el uso de estimulantes del apetido bajo supervisión médica. 

La licenciada explica una de estas estrategias: "Si el paciente tiene alguna intolerancia o quizás no tiene apetito, podemos, brindarles las frutas y vegetales e incorporarlos quizás a un batido y entonces cumplir nutricionalmente con esos requerimientos que está teniendo el paciente". 

Para el control de síntomas agudos como las náuseas refractarias, se implementa lo que se conoce como dieta seca. La experta detalla: " Tratamos de no incluir las bebidas junto con los alimentos, sino esperamos un aproximado de 30-60 minutos para ingerir ese líquido." 

En casos de diarrea oncogénica, se recomienda una dieta astringente que incluya alimentos como guineo (rico en pectina), arroz blanco y papa cocida, que ayudan a normalizar el tránsito intestinal mientras proporcionan nutrientes esenciales. 

Consideraciones metabólicas y requerimientos nutricionales  

Los requerimientos nutricionales en pacientes oncológicos difieren radicalmente de los de un adulto sano. 

Mientras que un adulto promedio necesita aproximadamente 20-25 kcal por kilogramo de peso al día, un paciente oncológico puede requerir entre 25-30 kcal/kg. De igual manera, las necesidades proteicas aumentan, oscilando entre 1.2 y 2 gramos por kilogramo de peso, en comparación con los 0.8 g/kg recomendados para adultos sanos. 

Este aumento en los requerimientos nutricionales busca contrarrestar el estado hipermetabólico característico de la enfermedad oncológica y apoyar los procesos de reparación tisular afectados por los tratamientos.    





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