Superar esta barrera podría ser un primer paso para devolver las células del oído interno a un estado similar al de un recién nacido.
Las células mesenquimales regeneran y reparan los tejidos dañados y sustituyen las células que mueren rutinariamente, estas se caracterizan por tener una gran capacidad de expansión y diferenciación, lo que les permite renovarse con facilidad y dar lugar a diversos tipos celulares, como células óseas, adiposas y cartilaginosas; además cuentan con capacidad para la regeneración de tejidos, ayudando a la cicatrización, evitando la muerte celular y facilitando la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh han fabricado una especie de guía nerviosa biodegradable, un tubo de polímero, que está relleno de proteínas promotoras del crecimiento, capaz de regenerar largas secciones de nervios dañados, sin la necesidad de trasplantar células madre o un nervio de un donante.
Los médicos de Yale han desarrollado una forma de crear injertos vasculares a partir de células madre que son tan fuertes como los vasos sanguíneos originales que reemplazarían.
Existe un procedimiento enfocado en la medicina preventiva que da la oportunidad de recolectar células madre del cordón umbilical en el momento del nacimiento de los niños con el fin de tratar futuras enfermedades hematológicas, oncológicas, etc. que estos puedan padecer. Se trata de la terapia celular.
Investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai han demostrado que las células madre derivadas de la placenta conocidas como células Cdx2 pueden regenerar células cardíacas sanas después de ataques cardíacos en modelos animales.
Por primera vez en el mundo, el corazón de un paciente comienza a regenerarse después de sufrir un infarto gracias a una gran obra de bioingeniería. Se trata de un bioimplante de células madre de cordón umbilical.