Las redes sociales amplifican el estigma relacionado con el VPH, en especial por la circulación de información errónea. Videos emocionales y anécdotas personales tienden a tener un mayor impacto que los datos científicos.
El diagnóstico de una infección de transmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH), puede generar una respuesta emocional significativa en los pacientes, caracterizada por ansiedad, sentimientos de culpa, vergüenza y, en algunos casos, rechazo social.
Estos efectos emocionales están estrechamente vinculados a los estigmas que rodean estas condiciones, los cuales son exacerbados por las dinámicas propias de las plataformas digitales.
Desde el ámbito médico, es prioritario mitigar estas barreras mediante una educación efectiva y basada en evidencia científica. Los pacientes deben comprender que el VPH es una infección común, generalmente transitoria, que el sistema inmunológico puede resolver en la mayoría de los casos sin causar complicaciones graves.
No obstante, se debe reconocer el impacto psicológico asociado al diagnóstico, el cual puede influir negativamente en la adherencia al tratamiento y en la búsqueda de atención médica.
Por eso, en un espacio propiciado por la Revista Medicina y Salud Pública, el Dr. Ángel Alemán, psicólogo clínico especializado en neuropsicología y rehabilitación neuropsicológica, y el Dr. Erick Herrera, psicólogo clínico y tanatólogo, conversaron sobre las implicaciones psicológicas y sociales del VPH.
El Dr. Herrera comenzó explicando que "las personas lo que más encuentran es información que va dirigida al estigma sobre las enfermedades de transmisión sexual. En cuanto a VPH, estigma sobre la vacunación, sobre el screening y sobre todo, el impacto que va a tener sobre cómo me siento respecto a este diagnóstico".
El neuropsicólogo también complementó diciendo que "el estigma que existe con la condición, podría llevar a muchas personas a no adherirse al tratamiento". Lo mismo sucede en cuanto al estigma con la vacunación: "Dicen que puede causar infertilidad, y esto ya se ha desmentido una y otra vez".
De hecho, para este punto, uno de los aspectos conversados por los especialistas fue el papel del "efecto de verdad ilusoria" ("Illusionary Truth Effect"), un fenómeno donde la repetición constante de una mentira puede llevar a las personas a aceptarla como una verdad.
Esto claramente tiene implicaciones en la salud pública, ya que las personas pueden llegar a evitar medidas preventivas, como la vacunación, basándose en información falsa. "Nos cuesta mucho trabajo desmentir una mentira una vez que ha sido difundida ampliamente", afirmó el Dr. Alemán.
El Dr. Herrera también explicó el porqué funciona de esta manera el impacto emocional que tiene la información anecdótica en redes sociales:
Cuando un video emocional relata un caso negativo relacionado con la vacunación, genera más impacto que un video positivo lleno de datos científicos.
"Por ejemplo, si una niña se puso la vacuna del VPH y luego se enfermó o tuvo una reacción negativa, entonces la persona recibe esta información con muchas emociones, mucho anecdótico, muy familiar, se impacta y dice ´pues entonces yo tampoco me voy a vacunar porque puede ser algo negativo´".
"Nosotros como profesionales de salud mental, sabemos que los seres humanos somos definitivamente emocionales. Toda la información que nosotros recibimos primero llega a nuestro sistema límbico, mientras más emocional sea la información, pues más la vamos a coger y más la vamos a retener", dijo.
Por lo tanto, mientras más emocional sea el contenido, mayor será su impacto en el comportamiento de las personas.
Ambos expertos coincidieron en que las redes sociales no deben ser demonizadas, sino utilizadas como una herramienta para difundir información confiable.
"No estamos buscando la manera de demonizar las redes sociales, de hecho las utilizamos como una fuente de información, como ahora mismo, para propiciar información verídica, donde las personas pueden acceder y pueden verificar quiénes son los doctores que le hablan, qué educación tienen, o sea, no son simplemente cosas anecdóticas", afirmó el Dr. Alemán.
Esto incluye promover contenido respaldado por evidencia científica y combatir los mitos y estigmas que rodean al VPH y otras enfermedades de transmisión sexual.
Finalmente, el Dr. Herrera alentó a las personas diagnosticadas con VPH a buscar ayuda profesional. "Pedir ayuda no significa que seamos débiles, sino que estamos tomando medidas para manejar nuestra situación de manera efectiva".
"Lo más importante es que busques tratamiento, lo más importante es que busques la ayuda, lo más importante es que busques la información que necesitas".
De esta manera se ayuda a manejar el impacto emocional y promueve la normalización del VPH como una condición tratable.
La colaboración entre profesionales de la salud mental y especialistas médicos es necesaria para enfrentar los desafíos actuales.
Las redes sociales, cuando se utilizan estratégicamente, pueden convertirse en aliados clave para educar al público y construir una narrativa más positiva y científica en torno al VPH.
Como concluyó el Dr. Alemán, "si la persona se aísla y empieza a haber un problema en cuanto a la condición, empieza a estar más triste de lo común, experimenta el no querer buscar ayuda, existen tratamientos para que nosotros podamos intervenir con esa persona".