El síndrome de ojo seco es más común en mujeres, especialmente, después de la menopausia

El 30% de la población mundial se ve afectada por el síndrome de ojo seco.

María Camila Sánchez

    El síndrome de ojo seco es más común en mujeres, especialmente, después de la menopausia

    El síndrome de ojo seco es un conglomerado de condiciones oculares comunes y crónicas que se resumen con ese nombre, y que afecta al 30% de la población mundial. El diagnóstico de esta patología se realiza identificando la disminución en la lubricación natural de los ojos.

    En entrevista exclusiva para la Revista de Medicina y Salud Pública, el Dr. Armando Oliver, Catedrático del Recinto de Ciencias Médicas se refiere al síndrome de ojo seco como consecuencia de enfermedades autoinmunes tales como la penfigoide, blefaritis posterior, lupus, síndrome de Sjögrens, artritis reumatoide, entre otras.

    Asimismo, el experto menciona que en algunas ocasiones, los pacientes que son diagnosticados con síndrome de ojo seco, presentan molestias como picazón, arenilla, dolor, ojos llorosos, aparición de mucosidad alrededor de los ojos, fotosensibilidad entre otros.

    Sin embargo, el especialista asegura que, por otra parte, este síndrome puede no presentar molestias previas a su detección: “hay personas que tienen ojo seco y no presentan síntomas viven con ojo seco y no se enteran; mientras que hay personas que tienen un poquito de ojo seco y no pueden vivir, es decir, padecen de un dolor que les interrumpe su vida diaria”.

    Factores de riesgo

    Las personas mayores son más propensas a padecer este síndrome, debido a que la producción de lágrimas disminuye al envejecer, y es aún más evidente después de la menopausia. De igual manera, el experto resalta los siguientes factores que propenden a las personas a padecer de esta condición:

    Un párpado muy pegado o despegado

    Párpado que no cierre 

    Fumar

    Uso de lentes de contacto

    Personas de origen asiático

    Alteraciones hormonales 

    Uso prolongado de dispositivos electrónicos

    Las lágrimas contienen muchos componentes que previenen las infecciones, y contribuyen a que la superficie del ojo esté saludable. Adicional a esto, permiten que, cuando la luz entre al ojo, lo haga sin distorsiones: “El problema es que cuando no hay lágrimas suficientes, la córnea se queratiniza y surgen problemas; esto puede terminar con una afectación grave, e incluso puede presentarse pérdida de la visión”, aseguró el experto.

    En pacientes con ojo seco, el uso de medicamentos específicos puede aumentar la cantidad de lágrimas que segrega el ser humano, y así mejorar la condición en aquellas personas que padecen de este síndrome.

    Vea la entrevista completa: