La meta es transformar la atención y la prevención mediante detección temprana, reducción de riesgos, apoyo a cuidadores y educación comunitaria.
Por: María Camila Sánchez
Con un llamado a la colaboración y a la implementación efectiva, el Departamento de Salud presentó el Plan Estratégico de Alzhéimer y Demencias Relacionadas 2026–2030, un marco de acción con metas, líneas operativas y compromisos institucionales que prioriza cuatro pilares: reducción de riesgo, detección y diagnóstico temprano, prevención de hospitalizaciones evitables y apoyo a cuidadores.
La jornada, que combinó formalidades institucionales, evidencia técnica y voces de pacientes, incluyó el mensaje del secretario de Salud, la lectura de una proclama de la Gobernadora y un panel multisectorial con especialistas, cuidadores y una paciente que compartió su experiencia en primera persona.
Datos que interpelan y hoja de rutaEl secretario de Salud, Dr. Víctor Ramos, agradeció a los equipos técnicos y a las organizaciones de la coalición y subrayó la magnitud del reto: "Tenemos 54.000 personas registradas en la base de Alzheimer y otras demencias, de los cuales 60 % son mujeres".
Además, recalcó el sentido práctico del documento: "Este plan no solo define metas claras, sino que brinda líneas específicas de acción, recursos y compromisos institucionales" y el enfoque de ejecución: "Afirmo nuestro compromiso de llevar este plan más allá del papel... la detección y diagnóstico temprano de las demencias y el apoyo a los cuidadores".
La proclama oficializó septiembre como Mes de la Concienciación de la Enfermedad de Alzheimer y el 21 de septiembre de 2025 como su Día de concienciación, al tiempo que reconoció que la condición "se ha convertido en la tercera causa de muerte, con cerca de 3.000 fallecimientos en 2024" y que "entre 70.000 y 80.000 personas en Puerto Rico viven con alzhéimer, en su mayoría de adultos mayores, una mayor prevalencia en las mujeres".
De la ley a la acción: marco legal y apoyo federal
Autoridades del Centro de alzhéimer y la Secretaría Auxiliar de Servicios para la Salud Integral repasaron la evolución normativa Ley Núm. 13-1998, Reglamento 6913 (2004, actualizado 2024), y la subvención federal (iniciativa BOLD del CDC) que impulsa los cuatro pilares del plan.
La principal oficial de epidemiología, Miriam Ramos Colón, remarcó: es un "plan vivo, que lo que pretende [es] hacer una ruta, una guía", basado en datos y con énfasis en fortalecer el registro y las capacidades operacionales.
El pilar de cuidadores: perfilar para cuidar mejor
Asimismo, la coordinación de programas presentó el corazón comunitario del plan: apoyar a cuidadores con acciones concretas y medibles. Entre los objetivos estratégicos se incluyen:
Elaborar y difundir un perfil de personas cuidadoras y de personas con demencia en Puerto Rico, con sus necesidades, características sociodemográficas y retos psicosociales.
Mapear al menos 20 entidades para identificar servicios y recursos, y detectar brechas territoriales y de oferta.
Diseñar intervenciones y certificaciones educativas para cuidadores formales e informales (autocuidado, manejo de síntomas, navegación del sistema de salud).
Como sintetizó el representante del pilar, Dr. Samuel Bonet, se trata de "cuidar al cuidador" para cuidar mejor a la persona con demencia, con educación continua, herramientas prácticas y campañas de sensibilización social.
La voz de pacientes y familias
La maestra bibliotecaria jubilada Marisol Sullivan Mercado, compartió su testimonio como persona que vive con alzhéimer, reconociendo el sostén de su familia y el valor de los grupos de apoyo. Entre sus estrategias cotidianas destacó el uso de una libreta de control para medicamentos y tareas diarias, un recurso simple que favorece la autonomía y previene duplicidades.
Su intervención, empática y didáctica, puso en primer plano que detrás de cada estadística hay una historia, y reforzó una idea-faro del plan: humanizar los datos para diseñar respuestas cercanas y útiles.
Reducción de riesgos: educación a lo largo de la vida
Desde el pilar de reducción de riesgo, se propuso una aproximación intersectorial y a lo largo del curso de vida: educación en salud cerebral desde edades tempranas, estilos de vida saludable (actividad física, control vascular, sueño, nutrición), investigación aplicada y abogacía en política pública.
La consigna: no reinventar la rueda, sino articular y escalar lo que ya funciona, evitando duplicidades mediante inventarios y mapeos de iniciativas.
Detección y diagnóstico temprano: capacitar al primer nivel
La detección temprana fue otro eje clave del panel. Se insistió en capacitar al médico primario y equipos de primera línea para acortar el camino al diagnóstico, reducir la ansiedad de las familias y habilitar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos cuando son más efectivos.
Se anunció la preparación de materiales prácticos (hojas de cotejo, directorios de servicios) y la integración de otros profesionales como farmacéuticos, neuropsicólogos y trabajo social como puertas de entrada al sistema.
Especialistas aclararon avances en diagnóstico diferencial (neuroimagen con volumetría, biomarcadores, evaluación neuropsicológica) y la necesidad de actualización continua para superar categorías obsoletas como "demencia senil".
Hospitalizaciones evitables: del análisis al protocolo
El pilar de prevención de hospitalizaciones evitables planteó dos líneas de trabajo:
Análisis situacional para identificar causas, patrones y territorios de mayor riesgo, ante la escasez de datos consolidados.
Protocolos estandarizados para salas de emergencia y centros 330, adaptados a la persona con demencia (ambientes menos hostiles, tiempos de espera, comunicación con la familia/cuidador, continuidad de medicación).
El objetivo: reducir ingresos prevenibles mediante manejo primario oportuno y, cuando la hospitalización sea ineludible, garantizar un trato digno y adaptado.
Educación y empatía: la competencia blanda que salva
El panel cerró con un consenso transversal: escuchar, explicar y dedicar tiempo. La formación clínica importa, pero la empatía y la comunicación son decisivas para el buen cuidado. Se insistió en erradicar estigmas y chistes sobre demencia, abrir la conversación en comunidad y formar a la población para reconocer señales de alarma y pedir ayuda a tiempo.
Un compromiso firmado
La organización presentó una declaración de intenciones para que asistentes y entidades suscriban su compromiso con la implementación: colaborar activamente, promover la concienciación, evaluar el progreso con transparencia, fomentar investigación e innovación, y ajustar estrategias según evidencias y resultados.
"Esto no acaba aquí", resumió la coordinación. Comienza una fase de cinco años de trabajo que deberá transformar el plan en acciones medibles en territorio, con monitoreo continuo y participación comunitaria.