La investigación reveló más hallazgos: livedo reticular en la piel, úlceras bucales, anemia, trombocitopenia y alteraciones en coagulación, además de un historial de aborto, eclampsia y síntomas articulares.
Por: Katherine Ardila
Una mujer de 34 años acudió al médico preocupada por la aparición repentina, hace 3 o 4 días, de unos "nudos" rojos, dolorosos y que parecen seguir el trazo de una vena en su pantorrilla derecha.
Ella asegura no haber sufrido ningún golpe o punción en esa zona. Además, comenta que desde hace algunos años ha notado que la piel de sus brazos, piernas y tronco se ve más enrojecida de lo normal.
Su historia médica previa es compleja. En el ámbito obstétrico, sufrió un aborto espontáneo a las 14 semanas de embarazo y, en un embarazo posterior, desarrolló eclampsia, un trastorno grave de presión arterial, aunque finalmente dio a luz a un bebé sano.
En el pasado, también fue diagnosticada y tratada por sífilis. La paciente menciona otros síntomas que han estado presentes, como fiebre leve ocasional, dolor abdominal intermitente, y molestias e hinchazón esporádicas en sus rodillas y muñecas.
Hallazgos clave en la exploración físicaAl examinar a la paciente, los médicos encuentran varios signos importantes. En la pierna derecha, confirman la presencia de dos cordones endurecidos, de color rojo violáceo y muy sensibles al tacto.
También observan que su piel presenta una decoloración generalizada de un tono violáceo, formando un patrón similar a una red o encaje, lo que se conoce como "livedo reticular".
Bajo las uñas de sus manos y pies se aprecian pequeñas marcas rojas, como astillas. De manera incidental, se descubren dos pequeñas úlceras indoloras en el paladar y el interior de la mejilla. La exploración de su rodilla derecha muestra una ligera hinchazón y enrojecimiento.
Finalmente, se detecta una mínima asimetría en su rostro que, según ella, apareció de repente hace unos meses, lo que podría sugerir un problema neurológico pasado.
Confirmación del diagnóstico inicial: TromboflebitisPara investigar los nódulos en su pierna, se realiza una ecografía Doppler (ecodóppler) que confirma la presencia de un coágulo de sangre en una vena superficial, diagnosticándose así una tromboflebitis superficial.
Esto significa que hay inflamación en una vena debido a un coágulo. Una radiografía de su rodilla no muestra daños en los huesos o la articulación.
La paciente presenta anemia (glóbulos rojos bajos) con signos de que estas células están siendo destruidas, así como un recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia). La función renal está levemente alterada y un análisis de coagulación (TTPa) sale anormalmente prolongado.
Lo más significativo es que los niveles de anticuerpos antinucleares (ANA) están muy elevados, un marcador clásico de enfermedades autoinmunes. Todos estos elementos encajan en la imagen de un estado de hipercoagulabilidad, es decir, una tendencia anormal de la sangre a formar coágulos.
Diagnóstico final
La combinación de la tromboflebitis, las complicaciones en sus embarazos (aborto tardío y eclampsia), la erupción en la piel (livedo reticular), las úlceras bucales, la posible afectación neurológica (asimetría facial) y los resultados de los análisis de sangre permiten a los médicos llegar a un diagnóstico dual.
Según los autores (Padma Chitnavis, MD; María Maiberger, MD), por un lado, la paciente cumple con los criterios para diagnosticarle Lupus Eritematoso Sistémico (LES), una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error a los tejidos del propio cuerpo, pudiendo afectar la piel, las articulaciones, los riñones y otros órganos.
Por otro lado, y como complicación frecuente del lupus, también se diagnostica un Síndrome Antifosfolípido (SAF). Este síndrome es responsable directo del estado de hipercoagulabilidad. En el SAF, el cuerpo produce anticuerpos que atacan las proteínas de la propia sangre, haciendo que esta se coagule con facilidad dentro de los vasos sanguíneos.
Esto explica la formación del coágulo en su pierna, las marcas bajo las uñas, la erupción en la piel (causada por pequeños coágulos en los vasos cutáneos) y sus problemas durante el embarazo, ya que estos mismos coágulos pueden obstruir la circulación en la placenta. La anemia y la trombocitopenia también son características comunes de este síndrome.
ConclusiónEste caso ilustra cómo un problema aparentemente localizado, como unos nódulos dolorosos en una pierna, puede ser la primera señal de una enfermedad autoinmune seria y sistémica.
El diagnóstico de tromboflebitis superficial llevó a una investigación más profunda que descubrió la presencia simultánea de Lupus y del Síndrome Antifosfolípido. Identificar la causa subyacente es fundamental para iniciar el tratamiento adecuado, que en este caso se enfocará en anticoagulantes para prevenir nuevos coágulos y medicamentos para controlar la actividad del sistema inmunológico en el lupus.