Estudios mostrarían asociación estadística entre paracetamol y autismo, pero no hay causalidad directa

La FDA emitirá una advertencia sobre el uso de paracetamol en el embarazo, aclarando que existen estudios que muestran una asociación estadística con autismo y TDAH, pero no una relación de causa-efecto, es decir, hasta ahora, no hay evidencias comprobables de que cause autismo.

Por: Katherine Ardila


En un anuncio que ha generado revuelos y varios debates, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, comunicó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), notificará formalmente a los médicos sobre una posible asociación entre el uso de acetaminofén, conocido comúnmente como paracetamol, durante el embarazo y un potencial riesgo de trastornos del espectro autista. 

Dicha medida se enmarca en un contexto de creciente atención hacia este posible vínculo, aunque, de manera relevante, existe un extenso historial de décadas que demuestra la seguridad del medicamento para aliviar el dolor y la fiebre en gestantes.

Paracetamol y autismo en el embarazo: Variabilidad de factores

Por eso, desde la Revista Medicina y Salud Pública, nos comunicamos con una experta en la materia, la Dra. Carmen Zorrilla, ginecóloga-obstetra, investigadora y catedrática del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, quién conversó desde su perspectiva profesional sobre el uso de analgésicos durante el embarazo. 

Para esto, la doctora explicó que "en los últimos 10 años y en los últimos 7 años, lo que se ha encontrado en la mayoría de los estudios, es que son poblacionales de mujeres embarazadas de los expedientes médicos". Este punto es importante para entender las limitaciones de la investigación, ya que, como detalló, "son estudios poblacionales, son análisis que dependen de qué calidad de información tú tienes en ese expediente médico, quién diagnosticó el autismo, cómo lo diagnosticaron, si fue un diagnóstico por prueba psicológica o fue un diagnóstico que el maestro hizo en la escuela. No solo si la mamá se acordaba qué tomó y cuándo, sino qué dosis tomó.  Hay un montón de información que no todos los estudios la tienen completa".

Añadió que en efecto, "hay muchos estudios que indican una asociación de un aumento de riesgo con la exposición al acetaminofén y el diagnóstico de autismo o de ADHD (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad)". 

No obstante, aclaró que hay una diferencia fundamental entre asociación y causalidad, argumentando que "el que haya una asociación, no significa necesariamente que si una mujer embarazada toma Tylenol, su hijo va a tener autismo si o si". 

Así qué, para ilustrar esta diferencia, la Dra. Zorrilla ejemplificó: "Aquí las diferencias entre causa y efecto y asociación: El virus de papiloma humano causa cáncer del cérvix. Eso está documentado, hay un mecanismo biológico para esta asociación de causa y efecto. El fumar cigarrillo causa cáncer de pulmón y también hay todo un mecanismo que explica cómo el fumar cigarrillo causa cáncer de pulmón”, dijo. 

Ahora bien, “el tener diabetes está asociado a un riesgo mayor de tener depresión, pero no es que la diabetes cause depresión. Es que las personas que son diabéticas muchas veces tienen otras condiciones que incluyen obesidad, que incluyen otras comorbilidades, que le pueden reflejar un riesgo mayor de tener depresión que una persona que no tiene diabetes. Eso es asociación, no es causa y efecto".

La Dra. Zorrilla aseguró que "las razones o las posibles asociaciones de autismo tienen mucho que ver con genética, con el ambiente y con la familia. No necesariamente con todo lo demás que hemos hablado". 

Por lo tanto, estos estudios, hasta el momento, no establecen una causa directa, sino que evidencian la necesidad de considerar otro tipo de variables en futuras investigaciones".

La postura oficial de la FDA: Asociación, no causalidad

Posteriormente, Robert Kennedy, el Secretario de Salud de Estados Unidos, precisó la posición oficial del gobierno. Detalló que la decisión se basa en una revisión de la evidencia disponible, afirmando: "Primero, el Departamento de Salud y el FDA responden a los estudios laboratorios y clínicos sugiriendo una asociación en potencial sobre el uso de acetaminofén en mujeres embarazadas y otros desfechos, entre otros diagnósticos que tienen que ver con el autismo. Se proponen algunos mecanismos biológicos que asocian la exposición de acetaminofén con esos síntomas. Evaluamos también otros estudios para ver esta asociación". 

Como resultado de esta evaluación, "El FDA va a dar un aviso sobre los riesgos del uso de acetaminofén durante el embarazo y habrá cambios en su prospecto o etiqueta". No obstante, es fundamental destacar que la agencia es clara al diferenciar entre una asociación estadística y una relación de causa-efecto. 

De hecho, en la comunicación dirigida a los médicos, según comenta la experta, la FDA aclara que si bien existe "evidencia acumulada de asociación", no han determinado una causalidad. Por esta razón, el objetivo principal es incluir información en la etiqueta para una decisión informada, pero al mismo tiempo, la agencia enfatiza que "todo esto tiene que estar balanceado" y reconoce explícitamente que el acetaminofén "es el medicamento que venden sin receta más seguro para manejar fiebre y dolor en el embarazo".

“La FDA está tomando medidas para que los padres y los médicos conozcan la considerable cantidad de evidencia disponible sobre los posibles riesgos asociados con el acetaminofén”, declaró el Dr. Marty Makary, comisionado de la FDA, con maestría en salud pública . “Aun con esta evidencia, la decisión sigue estando en manos de los padres. El principio de precaución puede llevar a muchas personas a evitar el uso de acetaminofén durante el embarazo, especialmente porque la mayoría de los casos de fiebre baja no requieren tratamiento. Sin embargo, sigue siendo razonable que las mujeres embarazadas usen acetaminofén en ciertas situaciones”.  

El riesgo de no tratar la fiebre durante el embarazo: un peligro mayor para la madre y el feto

Frente a esta advertencia, los expertos hacen un llamado a tener en cuenta el riesgo considerable que implica no tratar condiciones como la fiebre alta durante el embarazo. La especialista advirtió que subestimar la fiebre puede ser un error grave, ya que "Parte de lo que te causa la fiebre se tiene que indagar y parte del manejo, tiene que incluir el manejo de la fiebre". 

Una fiebre en una embarazada puede ser síntoma de afecciones serias como influenza, dengue o una infección urinaria, las cuales conllevan una morbilidad significativa y pueden causar desde muerte fetal hasta parto prematuro. 

Además, la vulnerabilidad del feto es aún mayor, pues "el feto está un grado más de temperatura más caliente que la mamá. Así que cuando la mamá tiene fiebre, el feto está todavía más caliente y eso entonces tiene un impacto, inclusive causando defectos de tubo neural y otros defectos en los fetos". 

En respuesta a la pregunta de si el bebé puede sufrir daño cerebral, aseguró que: "Sí, puede tener defectos, si es temprano en el embarazo, puede tener defectos de tubo neural, lo que llaman espina bífida. Puede tener abortos espontáneos, puede perderse el embarazo. Si es más adelante en el embarazo puede tener parto prematuro".

Además, añadió que “dependiendo de cuán temprano es, puede afectar a ese neonato porque va a tener una serie de riesgos como sepsis. Así que dependiendo del trimestre hay una asociación entre fiebre y resultados adversos en el embarazo dependiendo de cuál es la causa de la fiebre”.

La falta de alternativas farmacológicas seguras

Ante la posible alarma, claramente surge la pregunta sobre qué alternativas existen:

La experta descartó de plano el uso de otros analgésicos comunes como el ibuprofeno o la aspirina para este fin durante la gestación. Su respuesta fue directa: "No, ni la aspirina ni el ibuprofeno". Explicó que, si bien el ibuprofeno podría usarse en un momento muy específico del embarazo temprano, su uso posterior a las 32 semanas es peligroso porque " para que los bebés nazcan, la circulación de los bebés tiene como unas aperturas donde la circulación venosa y la arterial se comunican libremente... El ibuprofeno tiene un impacto intrauterino que puede impactar uno de esos ductos prematuramente y los bebés pueden nacer con hipertensión pulmonar". 

Respecto a la aspirina, aclaró que su uso está restringido a dosis muy bajas (81 mg) bajo estricta supervisión médica para prevenir la preeclampsia, y aclaró que "ciertamente ninguno de estos dos se puede utilizar para manejar fiebre ni para manejar dolor".

Finalmente, la recomendación para las mujeres embarazadas que experimenten dolor o fiebre es priorizar la consulta profesional. La especialista aconsejó que "Deben llamar a su médico, podemos tener unas estrategias que no sean el uso de acetaminofén, pero si es fiebre, si es un dolor tipo migraña, tu médico debe de saber cuán seria es esa fiebre, cuán fuerte es ese dolor y qué hacer ". 

La evaluación médica es determinante para saber la gravedad del síntoma y la mejor opción terapéutica.

A modo de conclusión, recalcó que, tras décadas de uso, "el acetaminofén no causa autismo, no causa ADHD, pero hay unas asociaciones en unos estudios y yo creo que es bueno que podamos investigar mucho más para aclarar la información siempre y cuando podamos tener los datos verídicos y hacer los análisis correctos.".





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