Las imágenes por resonancia magnética revelaron un adelgazamiento del córtex cerebral en quienes duermen mal, especialmente en regiones asociadas al alzhéimer.
Por: Katherine Ardila
Un estudio del BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC), en colaboración con la Fundación La Caixa, ha revelado una preocupante conexión entre la mala calidad del sueño y cambios en la estructura cerebral, con efectos más marcados en la población femenina.
La investigación, publicada en la revista Alzheimer's & Dementia, explica cómo los patrones de sueño fragmentado podrían afectar regiones cerebrales vulnerables al alzhéimer.
El estudio fue destacado por su metodología integral, combinando tecnologías de para obtener resultados precisos.
Los investigadores analizaron a 171 adultos cognitivamente sanos, la mayoría con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, pertenecientes a la cohorte ALFA+.
Mediante el uso de actígrafos para monitorizar los patrones de sueño en entornos naturales, junto con resonancias magnéticas cerebrales y análisis del líquido cefalorraquídeo, el equipo logró establecer correlaciones entre la calidad del sueño y la salud cerebral.
Hallazgos preocupantes: sueño fragmentado y cerebro vulnerable
Los resultados mostraron una asociación clara entre la fragmentación del sueño y alteraciones estructurales en áreas críticas del cerebro.
"Una menor eficiencia del sueño y una mayor fragmentación se asociaban con un grosor cortical reducido en el lóbulo temporal medial, entre otras áreas que se suelen ver afectadas al principio de la enfermedad de alzhéimer", explicaron los investigadores.
Estas regiones cerebrales son precisamente las primeras en mostrar deterioro en los procesos neurodegenerativos.
¿Por qué las mujeres son las más afectadas?Uno de los aspectos más llamativos del estudio fue la diferencia significativa encontrada entre sexos. A pesar de que las mujeres participantes dormían más horas en promedio, mostraron una mayor vulnerabilidad a los efectos de la fragmentación del sueño.
Estos patrones fueron "especialmente pronunciados" en el grupo femenino, donde se observó un vínculo más fuerte entre el sueño interrumpido y el adelgazamiento de regiones corticales.
Implicaciones para la prevención del alzhéimer
Los hallazgos apoyan la evidencia científica sobre la importancia del sueño en la salud cerebral. Como señalan los investigadores, "la falta de sueño puede comprometer la estructura cerebral", lo que abre nuevas perspectivas para estrategias preventivas contra el deterioro cognitivo.
No obstante, los científicos advierten que se necesitan más estudios longitudinales y de intervención para determinar si mejorar la calidad del sueño podría realmente mitigar esta vulnerabilidad cerebral.
Los resultados podrían impulsar el desarrollo de intervenciones personalizadas para preservar la salud cerebral, especialmente en poblaciones de riesgo.