La Dra. Sáenz ha sido una líder educativa y comunitaria, desarrollando programas de orientación para familias y adiestramiento para profesionales de la salud, con un enfoque centrado en la prevención, la educación y la atención integral.
Por: María Camila Sánchez
La Dra. Carmen Ana Sáenz ha dejado una huella imborrable en la medicina puertorriqueña. Reconocida como la primera endocrinóloga pediátrica en Puerto Rico, su labor ha transformado el panorama de la atención infantil en condiciones metabólicas y hormonales, en especial la diabetes tipo 1 y tipo 2.
El 13 de noviembre del año 2000, la doctora Sáenz fundó la Fundación Pediátrica de Diabetes, una organización sin fines de lucro que por más de dos décadas ha brindado educación, apoyo y servicios gratuitos a niños, adolescentes y sus familias. A través de campamentos, actividades educativas y programas de empoderamiento familiar y escolar, la Fundación ha contribuido a que cientos de familias comprendan mejor la diabetes y puedan manejarla con conocimiento y confianza.
“Su misión ha sido crear una comunidad de apoyo donde ningún niño con diabetes se sienta solo”, destacan desde la Fundación al rendirle homenaje este mes.
Su trayectoria profesional incluye colaboración en instituciones pediátricas de gran prestigio, como el San Jorge Children’s Hospital, donde comenzó su labor pionera en endocrinología pediátrica. Desde su práctica médica en Cayey, ha formado generaciones de médicos y profesionales de la salud, orientándolos en el manejo integral de las enfermedades endocrinas pediátricas.
Además de su impacto clínico, la Dra. Sáenz ha sido una líder educativa y comunitaria, desarrollando programas de orientación para familias y adiestramiento para profesionales de la salud, con un enfoque centrado en la prevención, la educación y la atención integral.
Hoy, la Fundación Pediátrica de Diabetes rinde tributo a su fundadora, reconociendo su visión, compromiso y amor por los niños y jóvenes de Puerto Rico. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de médicos y familias, fortaleciendo la esperanza de que la educación y el acompañamiento son claves para una mejor calidad de vida.