La circulación se afecta, los nervios pierden sensibilidad y las heridas dejan de avisar, abriendo la puerta a infecciones que pueden terminar en amputaciones. La evaluación correcta marca la diferencia.
Por: Katherine Ardila
La creciente prevalencia de la diabetes y sus complicaciones más severas es uno de los mayores desafíos para el sistema de salud dominicano. Así lo aseguró el doctor Frank Mota, cirujano, durante el Taller de Actualización en el Manejo Integral de Heridas y Ostomías, celebrado en el Hospital General Plaza de la Salud.
Al presentar los datos más recientes, el especialista mencionó: "En el último consenso que se hizo en el país se habló de que existe aproximadamente de un 13 a un 17 % de la población que padece de diabetes". Añade que: "entonces son sumas alarmantes en 1 .5 millones de personas".
Por eso, frente a esta realidad, el Dr. Mota señaló la urgencia de una formación especializada continúa: "cada día hay que formarse en lo que es el control de la enfermedad ya que su complicación principal es el pie diabético".
De hecho, para hacerse una idea del reto, explicó que el pie es un órgano de una complejidad anatómica extraordinaria, donde "tenemos huesos, tenemos tendones, músculos, articulaciones, arterias, venas, terrenal, linfático, nervios", lo que claramente necesita un enfoque diagnóstico y terapéutico a la altura de dicha complejidad.
Pie diabético: ¿Qué es y cómo se maneja?No obstante, el galeno se refirió a esta complicación: "el pie diabético es un síndrome que se presenta como ataque agudo o crónico del pie caracterizado por una o más heridas, cuya teoría, complejidad y gravedad es variable de inserción, profundidad, zonas, aspectos anatómicos que pueden ser agravados por infección, isquemia y neuropatía, con un riesgo de amputación y de muerte en las personas que viven con diabetes", citó.
Esta conceptualización incluye los componentes vascular, nervioso e infeccioso que confluyen en el paciente.
La clave para un manejo acertado, según el experto, es identificar de entrada el tipo de afección predominante.
"Al diabético se puede presentar a nivel mineralógico tenemos 35% isquémico 15% y visto en un 50%". Este diagnóstico no puede, bajo ningún concepto, reducirse a la simple observación de la herida.
Por el contrario, demanda una evaluación completa. "Hay que hacer una historia clínica, avanzar en el físico, exploración molecular, exploración neuropática, pruebas complementarias y manejo del disco, digamos, ver el paciente en conjunto", argumentó.
La evaluación vascular y neurológica: dos pilares no negociablesDe hecho, la literatura internacional exige una evaluación metódica del paciente diabético en cada consulta. Por eso, el Dr. Mota destacó que "el grupo internacional de trabajo, nos habla de revisar bien al paciente cada vez que llega a consulta, si tiene una herida o no la tiene, el diabético debe evaluarse con todos los recursos, porque esto nos va a determinar si va a tener una adecuada evolución".
Una de las herramientas más accesibles y valiosas para esto es el índice tobillo-brazo (ITB). "Se realiza haciendo una división de la presión sistólica del tobillo entre la presión sistólica del brazo; es un paciente que tiene toda la calcificación si está entre 1.4 a 1. Como dice, con el brazo normal entre 0.91 a 0.99, una enfermedad arterial leve entre 0.41 a 0.90 y, por debajo de 0.40, la enfermedad arterial clara".
La comprensión de estos valores, insistió, es lo que define el pronóstico: "entonces ya con esto sabemos a qué va la evolución de esa herida, porque si no la herida, no va a sanar".
De manera paralela, la evaluación de la neuropatía es igual de crítica. Aunque lo ideal es usar monofilamento y diapasón, el Dr. Mota ofreció una alternativa práctica para la realidad local: "si no lo tenemos como el simple hecho de palpar, los dedos y preguntar a la paciente si siente, ya tenemos un denuncio".
El manejo holístico: nutriciónSin embargo, el Dr. Mota dejó claro que el éxito en el tratamiento de una herida del pie diabético no se limita a aplicar medicamentos. Se necesita un "manejo holístico", es decir, un enfoque integral que atienda a todo el paciente.
En este enfoque, la prioridad es: "soporte nutricional". Menciona el experto, que si el paciente tiene niveles bajos de albúmina y otras proteínas en la sangre (está desnutrido), su cuerpo carece de los "materiales de construcción" necesarios para sanar, por lo que la herida no cerrará, incluso si se usan los mejores antibióticos.
Ahora bien, para él, hay un principio fundamental: "simplemente por mantener la herida limpia y cubierta se lleva una evolución más satisfactoria de la misma". En otras palabras, una herida limpia y protegida es una herida que tiene la oportunidad de curarse mejor.
El primer paso de este protocolo es la limpieza, la cual debe realizarse con una técnica impecable, especialmente cuando se necesita tomar una muestra para un cultivo que identifique la infección.
- Primero, limpiar la herida a fondo con suero fisiológico para eliminar esa contaminación superficial.
- Luego, con la herida ya limpia, tomar la muestra para el cultivo. Esto asegura que se identifiquen las bacterias que realmente están causando la infección.
- Finalmente, aplicar las soluciones o medicamentos que no dañen el nuevo tejido que intenta crecer.
Sus palabras para cerrar la charla, fueron dirigidas a la prevención en cuanto a qué, un paciente diabético debe estar en constante control, debe ser adherente al tratamiento y si tiene complicaciones como pie diabético, lo que debe hacer es contar con un profesional de la salud que pueda orientarlo.