La circulación se afecta, los nervios pierden sensibilidad y las heridas dejan de avisar, abriendo la puerta a infecciones que pueden terminar en amputaciones. La evaluación correcta marca la diferencia.
El azúcar elevado en la sangre es un factor importante para producir inflamación del endotelio vascular, esa circunstancia es un precursor de enfermedad arteriosclerótica.

