Neuroborreliosis de Lyme transmitida por garrapatas en mujer con parálisis facial y encefalopatía

Este caso ilustra la dificultad del reconocimiento clínico de la enfermedad de Lyme en áreas no endémicas, especialmente cuando coexisten infecciones bacterianas oportunistas.

Por: Laura Guio


Una mujer de 67 años con diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, enfermedad de Parkinson e hipotiroidismo acudió con otalgia derecha severa y cefalea retroauricular intensa (10/10), sin fiebre. Inicialmente diagnosticada con otitis media, recibió ceftriaxona y levofloxacina con mejoría parcial. Cuatro meses después desarrolló parálisis facial derecha y dolor intenso en la misma región.

La tomografía contrastada mostró mastoiditis severa con destrucción ósea y absceso post-esternocledomastoideo. Se realizó drenaje quirúrgico, aislándose Pseudomonas aeruginosa en cultivos. 

Fue egresada con meropenem y vancomicina. A pesar del tratamiento, dos meses después presentó debilidad bilateral en extremidades inferiores, niveles fluctuantes de conciencia, disfagia e hipoestesia mandibular.

Evaluación neurológica

En la readmisión, la paciente estaba somnolienta, con hemiparesia facial derecha persistente y marcada debilidad en extremidades inferiores (1/5 en lado izquierdo). Su estado mental fluctuaba entre somnolencia, desorientación y agitación, configurando un cuadro de encefalopatía.

La punción lumbar mostró parámetros del líquido cefalorraquídeo sorprendentemente normales, sin pleocitosis. Los cultivos y el panel molecular multiplex resultaron negativos.

 La resonancia magnética cerebral reveló lesiones hiperintensas en sustancia blanca subcortical y cambios inflamatorios en la fosa infratemporal. El PET-CT para descartar neoplasia no mostró captación anormal.

Diagnóstico y tratamiento

Se inició ceftriaxona intravenosa (2 g/día) empírica. Los familiares notaron mejoría en el estado mental y recordaron un viaje de la paciente a San Antonio, Texas, en 2022. 

Considerando la mejoría clínica y el antecedente epidemiológico, se solicitó PCR para Borrelia burgdorferi, que resultó positiva. La serología mostró IgG positiva, confirmando neuroborreliosis de Lyme con coinfección por Pseudomonas.

La paciente mostró mejoría neurológica progresiva: recuperó orientación, fuerza en extremidades inferiores y autonomía funcional, aunque la parálisis facial persistió. 

Fue egresada con ceftriaxona intravenosa prolongada seguida de doxiciclina oral. A las ocho semanas se encontraba cognitivamente intacta, físicamente independiente y sin déficits motores en extremidades, con normalización de marcadores inflamatorios.

La borreliosis de Lyme 

La borreliosis de Lyme representa la zoonosis transmitida por garrapatas más prevalente en el hemisferio norte, con aproximadamente 476,000 casos anuales en Estados Unidos.

 La neuroborreliosis afecta entre el 10-15% de las infecciones no tratadas, manifestándose típicamente como meningoradiculitis dolorosa, neuropatía craneal o meningitis linfocítica. 

Aunque México ha sido considerado una región de baja endemicidad, estudios recientes documentan positividad de anticuerpos en el 3.43% de residentes de la Ciudad de México, con manifestaciones neurológicas en más del 25% de casos seropositivos.

Discusión

Este caso según César A. Vega-López et al., ilustra los desafíos diagnósticos de la neuroborreliosis en regiones de baja endemicidad. La presentación con parálisis facial, encefalopatía y paraparesia refleja el espectro típico de la enfermedad, pero la ausencia de eritema migrans y la presencia de coinfección bacteriana retrasaron el reconocimiento.

 Los elementos diagnósticos decisivos fueron la PCR positiva en líquido cefalorraquídeo (sensibilidad <30%) y la seropositividad de IgG, concordantes con guías internacionales.

Las comorbilidades de la paciente, particularmente diabetes y edad avanzada, incrementaron su susceptibilidad a infecciones complicadas y favorecieron la colonización por Pseudomonas. La coinfección por este patógeno oportunista es raramente reportada en neuroborreliosis y actuó como factor confusor diagnóstico.

 La recuperación tras tratamiento antimicrobiano dual respalda que la terapia oportuna previene secuelas permanentes, aunque pueden persistir déficits residuales como la parálisis facial.

Las guías actuales recomiendan ceftriaxona 2 g intravenosa o doxiciclina 100 mg oral cada 12 horas durante 14-21 días. La terapia parenteral es preferible cuando existe compromiso del sistema nervioso central o coinfecciones que requieren cobertura ampliada.




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