El aneurisma fue inicialmente sospechado como una posible fístula aorta-aurícula derecha.
Por: Mariana Mestizo Hernández
Un empresario de 40 años, con antecedentes de consumo de drogas durante los últimos 20 años (heroína y crack) y sin antecedentes personales ni familiares de enfermedad cardiovascular, acudió a consulta por presentar síntomas con una evolución de 15 días.
Entre los síntomas destacaban disnea de medianos esfuerzos, angina estable no respondiente a analgésicos y diaforesis asociada a la actividad física habitual.
En la exploración física, el paciente se encontraba hemodinámicamente estable, sin soplos audibles en la auscultación. Se realizó un electrocardiograma, que mostró un infarto inferior con depresión del segmento ST de 0,5 mm y mediciones positivas de troponina T.
Ante estos hallazgos, se inició tratamiento con trombolisis, lográndose la resolución de los síntomas y obteniendo criterios adecuados para la reperfusión.
Estudios diagnósticosPosteriormente, se realizó una angiografía coronaria, cuyos resultados sugirieron una posible fístula aorta-aurícula derecha, aunque sin conclusión definitiva.
Para complementar el diagnóstico, se llevó a cabo una angiotomografía coronaria y una resonancia magnética, que evidenciaron la presencia de un aneurisma gigante de la arteria coronaria derecha con dimensiones de 12,5 x 9,4 x 9,9 cm y descartaron la fístula.
Un ecocardiograma transtorácico reveló una fracción de eyección del ventrículo izquierdo del 60%, con acinesia de la pared anterior, sin alteraciones valvulares.
Manejo y tratamiento
Ante la estabilidad hemodinámica del paciente, se programó la resección del aneurisma gigante de la arteria coronaria derecha, así como la revascularización coronaria mediante injerto venoso de safena.
Se optó por la resección quirúrgica con canulación arterial y venosa femoral debido al gran tamaño del aneurisma. Se administró cardioplejía cristaloide anterógrada y se llevó a cabo la resección del aneurisma, cerrando la luz coronaria distal y proximal con sutura de polipropileno 4-0 y bandas de Teflon®.
Posteriormente, se realizó la revascularización de la arteria coronaria derecha con un injerto de vena safena izquierda y se suturaron los bordes de la pared del aneurisma para prevenir hemorragias.
El procedimiento quirúrgico se desarrolló sin complicaciones. Se logró un destete adecuado del circuito extracorpóreo y el paciente fue dado de alta tras 7 días de hospitalización, sin cambios enzimáticos aparentes y con electrocardiograma y ecocardiograma sin alteraciones.
Aneurisma de arteria coronaria
Un aneurisma de arteria coronaria (AAC) se considera gigante cuando su tamaño supera los 8 mm o cuadruplica el mayor vaso sanguíneo del paciente. Se trata de una entidad rara, con una incidencia del 0,3% al 5% en pacientes sometidos a angiografía coronaria, mientras que los aneurismas gigantes son aún más infrecuentes, con una prevalencia del 0,02%.
El consumo de drogas, especialmente cocaína, ha sido vinculado al desarrollo de aneurismas coronarios debido a episodios de hipertensión severa, vasoconstricción, aterosclerosis acelerada y daño endotelial.
La relación entre el abuso de drogas y el infarto agudo de miocardio también ha sido ampliamente documentada, con mecanismos como el aumento de la agregación plaquetaria, la trombosis y la vasoconstricción arterial.
Discusión
El gran tamaño del aneurisma en este paciente implicaba un alto riesgo de complicaciones (Espinoza Saquicela et al), como ruptura aneurismática o efectos isquémicos secundarios a la trombosis y estasis sanguínea en el saco aneurismático.
Debido a la baja prevalencia de esta entidad, la historia natural y el pronóstico de estos pacientes no están completamente definidos, lo que resalta la importancia de un diagnóstico oportuno y un abordaje terapéutico adecuado.
El tratamiento de los aneurismas gigantes de las arterias coronarias depende de factores como su tamaño, localización, relación con estructuras adyacentes y estado hemodinámico del paciente. Las opciones terapéuticas incluyen manejo médico expectante, colocación de stents y abordaje quirúrgico mediante ligadura, resección y revascularización miocárdica.