¿Por qué aún no existe una vacuna para prevenir el VIH?: "Es un virus que muta muy frecuentemente"

La rápida variabilidad del virus impide que las estrategias de las vacunas tradicionales puedan mantenerse efectivas.

Por: Katherine Ardila, Camila Sánchez


Recientemente en el programa de "Expertos en Salud", se abordaron los desafíos para el desarrollo de una vacuna para el VIH. Este complejo tema fue comparado con los avances rápidos logrados para la vacuna del COVID-19

Sin embargo, expertos como el Dr. Humberto Guiot, director ejecutivo interino del Centro Comprensivo de Cáncer, y la Dra. Carmen Zorrilla, ginecóloga obstetra, investigadora y catedrática del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, conversaron y explicaron abiertamente los retos que enfrenta la ciencia en el desarrollo de una vacuna contra el VIH

Un reto único para el desarrollo de vacunas


Durante el programa, la Dra. Zorrilla explicó detalladamente las razones por las que el VIH representa un reto único para el desarrollo de vacunas, en contraste con el COVID-19, la gripe española, la influenza y la gripe bubónica. "El VIH se multiplica cada 6.3 horas. Cada vez que ese virus se multiplica, puede haber una mutación, y por lo tanto, su cara cambia cada seis horas. Así que es un virus que muta muy frecuentemente", señaló. 

Esta alta tasa de mutación complica el desarrollo de una vacuna eficaz, ya que las vacunas tradicionales suelen dirigirse a partes externas del virus que son relativamente estables. "las vacunas tradicionales, se desarrollan para la parte externa del virus, que usualmente es bastante estable. Una vacuna te puede durar muchos meses incluso años, porque tienes un virus que aunque pueda mutar, no muta cada seis horas", explicó la Dra. Zorrilla.

El VIH, al mutar constantemente, presenta un desafío adicional: el virus cambia tan rápidamente que el sistema inmunológico tiene dificultades para reconocer y atacar el virus de manera efectiva. "Estamos buscando ahora vacunas que ataquen la parte interna del virus, como su material genético (RNA) y algunas de las enzimas que utiliza para replicarse. Sin embargo, para que una vacuna para el VIH funcione, tendría que permitir cierta infección controlada para llegar a la parte interna del virus donde comienza a multiplicarse", detalló la experta. 

Esta aproximación plantea dilemas éticos complejos, ya que la idea de permitir una infección controlada para desarrollar inmunidad podría ser difícil de implementar y supervisar.

Vacunas combinadas están en fases experimentales 

El Dr. Guiot amplió la discusión abordando las estrategias experimentales actuales, incluyendo el uso de anticuerpos monoclonales y vacunas combinadas. "Estamos viendo cómo se pueden aplicar las tecnologías aprendidas en la lucha contra el COVID-19 para el VIH, como el uso de anticuerpos monoclonales en combinación con vacunas", comentó. Aunque estas estrategias muestran potencial, aún están en fases experimentales y no han demostrado ser una solución definitiva.

Trasplante de médula ósea: ¿se considera como tratamiento al VIH?

En la búsqueda de una cura para el VIH, el trasplante de médula ósea ha emergido como una opción experimental que ha mostrado resultados prometedores en casos específicos.

Este fue un tema particular discutido en el programa. La Dra. Zorrilla mencionó casos notables como el de un paciente en Berlín y una mujer en Mississippi, quienes aparentemente se curaron del VIH después de recibir trasplantes de médula ósea de donantes con una mutación genética que confiere resistencia al VIH

La tecnología para trasplante de médula ósea incluye una irradiación completa y quimioterapia que en algunos casos, sirve para destruir todas las células de la médula.  Luego, se realiza el trasplante con células de médula ósea de un donante que posee una mutación genética específica, la mutación del gen CCR5, que confiere resistencia al VIH.

Sin embargo, la experta advirtió sobre las limitaciones de esta estrategia: "La mortalidad de un trasplante de médula es del 50%, o sea que no vamos a hacerle trasplante de médula a las personas con VIH para curarlo".

Además el Dr. Guiot, recalcó que "Estas personas fue que desarrollaron cáncer y tuvieron otra indicación para la médula y el médico que lo estaba planificando tuvo la buena noción de decir, ´vamos a tratar de trasplantarlo con un donante que sea resistente al virus del VIH-Sida por una mutación natural´ y funcionó bien", explica.

Sin embargo, recalca que este tratamiento se llevó a cabo como tratamiento principal para cáncer: "En ese caso tenían una indicación para sobrellevar ese tratamiento que tiene sus posibles complicaciones y sus implicaciones. Así que todavía no estamos para que eso se pueda hacer en cualquier otra persona que no padezca de cáncer o que no tengan ninguna indicación para el trasplante de médula", concluyó. 



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