VIH: "Todavía no hay cura, pero estamos acercándonos"

Uno de los avances que más ha generado expectativa en los últimos años es el caso de pacientes con VIH que, después de someterse a trasplantes de médula ósea para tratar cánceres hematológicos, han quedado libres de la replicación del virus.

María Camila Sánchez

    VIH: Todavía no hay cura, pero estamos acercándonos

    En el campo de la infectología, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sigue siendo uno de los mayores retos médicos. A pesar de los avances científicos, hablar de una cura definitiva continúa siendo complicado. 

    El Dr. Héctor Meléndez, infectólogo y consultor clínico del Departamento de Salud de Puerto Rico, enfatiza que, aunque han surgido casos prometedores, el concepto de una cura para el VIH aún es limitado. 

    "Quisiéramos que ya hubiese cura. Seríamos felices", reconoció. A lo largo de los años, los investigadores han logrado avances significativos en el manejo del VIH, lo que ha permitido que los pacientes vivan vidas largas y saludables con un control adecuado de la infección. 

    Sin embargo, el Dr. Meléndez subraya que la palabra "cura" implica erradicar completamente el virus del cuerpo, algo que todavía no es alcanzable para la mayoría de las personas.

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    El caso del trasplante de médula ósea: un efecto secundario, no una cura

    Uno de los avances que más ha generado expectativa en los últimos años es el caso de pacientes con VIH que, después de someterse a trasplantes de médula ósea para tratar cánceres hematológicos, han quedado libres de la replicación del virus. Sin embargo, el Dr. Meléndez aclara que esto no fue una intervención diseñada para curar el VIH, sino una coincidencia derivada del tratamiento contra el cáncer. 

    "No se hizo para curar VIH. Se hizo para curar la malignidad. Esto fue un efecto secundario de este procedimiento", explicó.

    El trasplante de médula ósea, aunque prometedor en algunos casos, conlleva riesgos significativos. De hecho, solo cinco personas en el mundo han mostrado resultados positivos tras esta intervención, y el procedimiento no está exento de peligros. "Los riesgos de infección, de muerte, son superiores a tener el VIH controlado", señala Meléndez, indicando que someterse a un trasplante de médula ósea con el objetivo de erradicar el virus no es una opción viable para la mayoría de los pacientes.

    Los riesgos y limitaciones de este tipo de intervención

    Meléndez advierte que, aunque los resultados han sido emocionantes en ciertos pacientes, los riesgos asociados con el trasplante superan los beneficios, especialmente cuando se considera que los tratamientos antirretrovirales actuales permiten mantener el virus bajo control de manera segura. "Un paciente que lleva un proceso como este es un paciente que va a estar inmunosuprimido, a riesgo de muchas más infecciones que si tuviera el VIH controlado", afirma el especialista.

    Este tipo de intervenciones, aunque intrigantes, no son un camino viable para la población general con VIH. El Dr. Meléndez insiste en que, aunque hemos logrado grandes avances en la lucha contra la enfermedad, aún queda mucho por hacer en términos de encontrar una solución definitiva.

    Avances en tratamientos: hacia un mejor control, pero no una cura

    A pesar de que la cura aún no está al alcance, los tratamientos para controlar el VIH han avanzado de manera extraordinaria en las últimas décadas. El Dr. Meléndez hace un recorrido por los hitos más significativos en el tratamiento de la enfermedad. "Cuando empezó la epidemia había un solo medicamento, que era inyectable, y perdía eficacia. Ahora estamos en una época en la que el VIH se trata como si fuera diabetes o hipertensión", explica.

    Uno de los desarrollos más recientes y alentadores ha sido la introducción de tratamientos inyectables que se administran cada dos meses, mejorando considerablemente la calidad de vida de los pacientes. Además, se espera que en los próximos años se aprueben terapias que solo requerirán una inyección cada seis meses. Esto permitirá a los pacientes llevar un régimen de tratamiento menos invasivo y más conveniente. "En los próximos años vamos a llegar... pronto aprobarán algo que va a ser cada seis meses", adelanta Meléndez.

    Manteniendo las expectativas bajo control

    Aunque estos avances en el tratamiento del VIH son motivo de esperanza, el Dr. Meléndez reitera que la cura definitiva aún no está en el horizonte cercano. "Todavía no hay cura, pero estamos acercándonos", comenta, subrayando la importancia de continuar apoyando la investigación y los tratamientos que ya están disponibles.

    El infectólogo también hace un llamado a los pacientes y al público general para que no caigan en falsas expectativas sobre los avances científicos. "Es importante mantenernos educados y entender que, aunque estamos más cerca, todavía no hemos llegado al punto de una cura definitiva", concluye Meléndez.

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