Las hermanas habrían recibido la dosis de la vacuna a principios de febrero, cuando se trasladaron a Abu Dhabi para visitar a Don Juan Carlos.
Las hermanas habrían recibido la dosis de la vacuna a principios de febrero, cuando se trasladaron a Abu Dhabi para visitar a Don Juan Carlos.
Cristina de Borbón y Grecia y Elena de Borbón y Grecia, infantas de EspañaKatherine Trujillo Useche
Servicios combinados con información de El País
El martes pasado se publicó que las Infantas Elena y Cristina se habían vacunado contra la COVID-19 en una visita a su padre, Juan Carlos. Con esta noticia se evidencia la influencia y la manipulación que se tiene en el manejo de la vacuna, similar a lo que ocurre en con los países poderosos que acaparan y se apropian de la misma, mientras que los países menos favorecidos no tiene la capacidad de compra o la influencia para hacerlo en forma inmediata.
La capacidad de América Latina y el Caribe para atender a sus poblaciones se pone en duda, porque el 87% de las dosis están en manos de sólo cuatro países: Brasil (15 millones), Chile (8,6 millones), México y Argentina (4 millones). Coincide que los cuatro países integran el grupo de las cinco mayores economías de la región, con la única ausencia de Colombia. Mientras que países como Cuba (que prepara su propia fórmula) y Honduras no han recibido ni una sola dosis. Otros apenas cuentan con unas pocas miles, como Paraguay (4.000), Ecuador (73.000) o El Salvador (20.000). Las diferencias entre ricos y pobres son evidentes.
Basado en las lógicas del libre mercado y no en una estrategia sanitaria global, los países con vínculos comerciales aceitados han tenido más éxito que el resto. Chile ha sido el mejor ejemplo de ello: 30 tratados comerciales en vigencia y una madura cultura de negociación permitió al país andino cerrar contratos por 60 millones de dosis en tres años, de las cuales ya ha recibido casi 9 millones para repartir entre 16 millones de habitantes.