El presidente de 79 años mostró dificultad para mantener los ojos abiertos durante más de una hora mientras miembros de su gabinete lo elogiaban, contradiciendo sus propias críticas anteriores sobre la resistencia presidencial.
Por: Laura Guio
El presidente Donald Trump protagonizó este martes una escena que él mismo había ridiculizado repetidamente durante años: aparecer somnoliento frente a las cámaras durante un evento oficial.
Durante una reunión de gabinete que se extendió por tres horas, Trump pareció dormitar en múltiples ocasiones mientras sus secretarios tomaban turnos para elogiar su gestión, apenas minutos después de haber proclamado estar "más agudo que hace 25 años" y de criticar al New York Times por reportar sobre su aparente pérdida de ritmo.
La batalla contra el sueño
La escena comenzó aproximadamente 15 minutos después de que Trump arremetiera contra los medios por cuestionar su salud y resistencia. Mientras el secretario de Comercio, Howard Lutnick, alababa sus políticas comerciales, el presidente mostró dificultades evidentes para mantener los ojos abiertos.
La situación se intensificó progresivamente. Durante las intervenciones del secretario de Vivienda Scott Turner y la secretaria de Agricultura Brooke Rollins, el parpadeo de Trump se hizo más lento. Cuando hablaron el secretario del Tesoro Scott Bessent, la secretaria de Trabajo Lori Chavez-DeRemer y el administrador de la EPA Lee Zeldin, la lucha contra el sueño se agudizó notablemente.
El momento más evidente llegó durante el discurso del secretario de Estado Marco Rubio. Trump permaneció con los ojos cerrados durante 10 a 15 segundos mientras Rubio, sentado junto a él, elogiaba sus esfuerzos diplomáticos. Las cámaras capturaron a ambos en el mismo encuadre, haciendo imposible ignorar el aparente sopor del presidente.
La respuesta de la Casa Blanca
Consultada sobre el episodio, la secretaria de prensa Karoline Leavitt defendió enérgicamente a Trump, asegurando que había estado "escuchando atentamente y dirigiendo toda la maratónica reunión de gabinete de tres horas".
Leavitt destacó que el presidente ha celebrado nueve reuniones de gabinete este año y respondió preguntas con energía después del evento. También mencionó que Trump había tenido una noche larga, publicando en Truth Social antes de las 5:30 a.m. tras haber compartido contenido cerca de la medianoche.
Un patrón recurrente
Este no es un incidente aislado. Fue la segunda vez en menos de un mes que Trump mostró señales similares durante un evento en la Casa Blanca.
El 6 de noviembre, en el Despacho Oval, el Washington Post calculó que el presidente había pasado casi 20 minutos luchando por mantener los ojos abiertos, en imágenes que se volvieron virales.
Víctima de sus propios estándares
La ironía de la situación radica en que Trump estableció él mismo el listón sobre este tema durante años. Durante toda la presidencia de Joe Biden, Trump lo etiquetó repetidamente como "Joe el Dormilón" y criticó duramente cualquier señal de somnolencia.
En 2021, después de que Biden pareciera quedarse dormido en una conferencia climática en Escocia, Trump escribió: "¡Nadie que tenga verdadero entusiasmo y creencia en un tema se quedará dormido jamás!".
Las críticas continuaron. En junio de 2024, poco antes del debate presidencial, Trump declaró: "Se queda dormido en cada evento". Hacia el final de la campaña, le dijo al presentador Andrew Schulz: "Nunca me verás durmiendo frente a la cámara".
El debate sobre transparencia en salud
Si bien quedarse dormido no es necesariamente señal de un problema grave de salud en una persona de 79 años, el episodio reabre el debate sobre la transparencia presidencial en temas médicos.
Trump ha sido históricamente opaco sobre su salud. Durante su primera campaña en 2015, el Dr. Harold Bornstein escribió una carta afirmando inverosímilmente que Trump sería "la persona más saludable jamás elegida para la presidencia". El médico posteriormente reveló que Trump había "dictado toda esa carta".
Esta semana, la Casa Blanca publicó finalmente un resumen de estudios médicos realizados en octubre, después de que el presidente afirmara desconocer en qué parte del cuerpo se los habían realizado.