Varios estados de EE.UU. están evaluando propuestas para restaurar o crear nuevas exenciones para las vacunas obligatorias, lo que podría aumentar el riesgo de brotes de enfermedades contagiosas.
Por: Laura Guio
Más de 15 estados de EE.UU. están considerando leyes que permitirían a las personas evitar las vacunas obligatorias, especialmente por motivos religiosos.
Entre los estados que han introducido propuestas se encuentran Nueva York, Virginia, Mississippi y Connecticut. Esta tendencia ha cobrado fuerza con la llegada de un nuevo panorama político tras el regreso de Donald Trump a la presidencia y la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud, una figura conocida por su oposición a las vacunas.
En Virginia Occidental, el gobernador republicano Patrick Morrisey firmó una orden ejecutiva que permitirá a las familias optar por exenciones religiosas, lo que representa un avance en un estado que previamente no permitía este tipo de exenciones.
En Connecticut, los legisladores republicanos están buscando revivir una exención religiosa que fue eliminada por la ley estatal de 2021.
Un contexto de creciente escepticismo y brotes de enfermedades
El resurgimiento de propuestas para exenciones se da en un contexto de disminución de las tasas de vacunación infantil a nivel nacional.
En 2024, Estados Unidos registró el número más alto en una década de casos de tos ferina y 16 brotes de sarampión, lo que ha generado preocupaciones entre los funcionarios de salud. A pesar de las advertencias, las tasas de vacunación están por debajo del umbral del 95% necesario para evitar brotes masivos, lo que pone en riesgo a las comunidades.
Según una encuesta reciente del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press, aproximadamente la mitad de los estadounidenses están preocupados por estos riesgos, aunque solo un 30% apoya reconsiderar las recomendaciones gubernamentales sobre las vacunas.
Iniciativas sobre el consentimiento y los efectos secundarios
Además de las exenciones religiosas, algunos estados están considerando medidas adicionales para responder a la creciente desconfianza en las vacunas.
En estados como Oklahoma y Alabama, los legisladores están presentando proyectos de ley que exigirían el consentimiento explícito de los padres para cualquier vacuna administrada a menores.
Por su parte, legisladores en Nueva York y Oklahoma están impulsando leyes que exigirían a los médicos informar a los pacientes sobre los ingredientes completos de las vacunas antes de su administración.
De igual forma, algunos estados, como Indiana y Dakota del Norte, están considerando la creación de bases de datos estatales para reportar los efectos adversos de las vacunas, siguiendo el modelo del Sistema de Informes de Eventos Adversos de Vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Sin embargo, expertos en salud pública advierten que estas iniciativas podrían generar desinformación y duplicar esfuerzos innecesarios, además de desviar la atención de la necesidad de eliminar barreras logísticas para acceder a las vacunas.
El debate sobre la confianza en el sistema de salud
Los defensores de las nuevas leyes sostienen que estos cambios son necesarios para restaurar la confianza del público en el sistema de vacunación, especialmente tras los cuestionamientos derivados de la pandemia de COVID-19.
El senador republicano de Dakota del Norte, Dick Anderson, quien ha propuesto una base de datos estatal sobre los efectos adversos de las vacunas, señaló que su objetivo es "recuperar la confianza" de aquellos que desconfían de las autoridades de salud.
Sin embargo, expertos como Andy Baker-White, de la Asociación de Funcionarios de Salud Estatales y Territoriales, argumentan que estas medidas van en contra del objetivo de reducir las enfermedades transmisibles. "La política debería centrarse en eliminar las barreras para la vacunación, no en agregarlas", afirmó.
El futuro de la legislación sobre vacunas en EE. UU.
Si bien es incierto qué propuestas serán finalmente aprobadas, la tendencia hacia una flexibilización de las normas de vacunación sigue ganando terreno en diversos estados.
Esto podría tener repercusiones importantes en la salud pública, al disminuir la inmunización en un contexto de creciente resistencia a las vacunas.
En un país donde las vacunas han sido un éxito en la prevención de enfermedades peligrosas, los expertos insisten en la importancia de mantener altos niveles de inmunización para proteger a toda la población, especialmente a los más vulnerables.
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