La preparación académica ha sido clave en la atención a esta población.
Por: Pedro Felipe Cuellar
“No siempre una persona de experiencia trans tiene disforia de género. La disforia se puede dividir en dos criterios. El primero es que la persona se identifica con el género que biológicamente está asignado. El segundo es que crea malestar en el individuo”, explicó la Dra. Yaritza Bartolomey, psicóloga clínica, en entrevista exclusiva con la Revista de Medicina y Salud Pública.
Si una persona está siendo rechaza y estigmatizada constantemente, se produce un aumento de estrés y mayor angustia. “Así que es muy probable que tenga síntomas de ansiedad, estrés postraumático. De manera tal que hay que proveer espacios seguros, porque el acercamiento terapéutico afirmativo lo que procura es validar experiencias y que los pacientes se sientan escuchados”.
La especialista destacó, que las personas transgénero y con identidad diversa de género pueden presentar disforia de género en algún momento de sus vidas. Sin embargo, algunas personas transgénero y con identidad diversa de género se sienten a gusto con su cuerpo, con o sin intervención médica.
Por otro lado, explicó que la salud mental de los pacientes trans y la comunidad LGBTIQ+, en la isla, es un aspecto que ha tomado relevancia, ya que ahora los profesionales de la salud deben realizar estudios y presentar ante el Departamento de Salud sus certificados.
“Con respecto a políticas públicas, está establecido que todos los profesionales de la salud tengan la competencia para atender a poblaciones diversas”, explicó la especialista, quien agregó que ahora más recursos informativos que permiten dar un mejor trato y atención a esta población.
A nivel clínico debemos visibilizar mucho más, “esto es un proceso continuo de educación, de conciencia y de introspección personal, también para reconocer los prejuicios, no solo con el tema de identidad de género, sino en distintos aspectos como ser humano”, explicó.
Muchos problemas de salud que enfrentan las personas transgénero se deben al estrés de los grupos minoritarios, caracterizado por lo siguiente:
*Actitudes sociales negativas y desaprobación (estigma social) hacia las personas transgénero
*Abuso, acoso, descuido, rechazo o trato injusto (discriminación) hacia las personas transgénero
*Internalización del estigma social, lo que conduce a tener actitudes y pensamientos negativos con respecto a uno mismo (estigma internalizado).
Se debe iniciar por generar espacios de atención para todos aquellos pacientes que necesitan, tumbando los estigmas, discriminación y disminuyendo aquellos traumas o distanciamientos que se generan en la comunidad trans debido a la falta de atención.
Puesto que muchos profesionales no los atienden, dado que los culpan por no cumplir o hacen parte del binarismo -hombre, mujer- que se ha impuesto dentro los imaginamos colectivos, generando aún más discriminación e invalidez.
Por su parte, el Dr. Rafael E. Bredy-Domínguez, Director Asociado de Asuntos Clínicos del Hospital Damas, destacó otro aspecto importante de la salud mental, ya que debido al rechazo, las personas transgénero piensan en el suicidio como una alternativa a su sufrimiento.
Lo más importante, en opinión de la modelo y activista Danna Sultana, es que de no haber realizado su cambio, el problema de salud mental sí habría sido mucho mayor, porque ahora se siente a gusto con su percepción de sí misma.
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