La mayoría de los cánceres de estómago no presentan síntomas hasta estar en etapas avanzadas, y pueden confundirse fácilmente con indigestión o reflujo. Si los síntomas persisten por más de dos semanas, se debe buscar atención médica.

Por: Katherine Ardila

La mayoría de los cánceres de estómago no presentan síntomas hasta estar en etapas avanzadas, y pueden confundirse fácilmente con indigestión o reflujo. Por eso, es común que se descarten señales de alarma tras comer en exceso o ingerir alimentos inadecuados. Sin embargo, si los síntomas cambian o persisten por más de dos o tres semanas, es importante buscar atención médica.

Los primeros signos del cáncer de estómago pueden pasar desapercibidos, ya que suelen confundirse con problemas comunes como la acidez o molestias abdominales leves. El dolor en el estómago, la acidez y la fatiga son síntomas que frecuentemente se asocian a situaciones como comer en exceso, reflujo o falta de sueño. 

Sin embargo, estos mismos síntomas pueden ser un indicio temprano de cáncer gástrico.

El oncólogo Paul Mansfield, especialista en cáncer gastrointestinal, dice que la clave para diferenciar entre una dolencia menor y algo más grave es la persistencia de los síntomas y la aparición de algunos signos específicos. "Muchos cánceres de estómago no presentan síntomas hasta etapas avanzadas y pueden parecerse a una indigestión o reflujo", comenta. 

Esto provoca que se minimicen o ignoren las señales iniciales, pero si los síntomas persisten por más de dos o tres semanas, es esencial realizar una evaluación médica.

Dolor y acidez en el estómago ¿Cómo lo vive un paciente con cáncer? 

Un grupo de seis pacientes recientemente compartió sus experiencias sobre cómo llegaron a descubrir su diagnóstico de cáncer gástrico. En la mayoría de los casos, los síntomas iniciales fueron fácilmente confundidos con problemas menores, lo que retrasó su detección. 

La clave, como mencionó el oncólogo, reside en la persistencia y en los cambios que se experimentan en los síntomas.

Janine Somma, de Nueva York, fue diagnosticada con cáncer gástrico a los 28 años, tras experimentar dolor punzante y ardor en el estómago. Inicialmente, los médicos pensaron que sufría de reflujo gastroesofágico y le prescribieron antiácidos. 

Erica Hunkin, enfermera psiquiátrica en Georgia, fue diagnosticada a los 35 años con cáncer gástrico en etapa I, luego de sufrir fuertes dolores abdominales que irradiaban hacia el pecho. Aunque al principio pensó que podía tratarse de un problema cardíaco, las pruebas descartaron esta posibilidad.

Por otro lado, Craig Galati, un arquitecto de Nevada, fue diagnosticado con cáncer de estómago en etapa III a los 62 años. En su caso, comenzó a sentir una acidez estomacal severa tras comer, acompañada de hipo, aunque nunca había experimentado acidez antes.

Otros síntomas inespecíficos del cáncer gástrico incluyen la fatiga extrema y una sensación inusual de hambre. Sylvia Coe, directora de una galería de arte en Florida, fue diagnosticada con cáncer de estómago a los 54 años después de sentir fatiga, falta de aire y mareos. 

Inicialmente atribuyó estos síntomas al estrés, pero tras desmayarse durante un almuerzo, los médicos descubrieron que sufría de un tumor estomacal que estaba provocando sangrado.

Ralph Lilja, un ranchero y agente inmobiliario en Kansas, fue diagnosticado con cáncer gástrico en etapa IV a los 57 años. La fatiga severa fue su primer síntoma, ya que comenzó a tener dificultades para subir escaleras. Una revisión médica reveló que tenía anemia debido a la pérdida de sangre provocada por el tumor. 

Por su parte, Joe Einspahr, médico de Nebraska, fue diagnosticado con cáncer gástrico en etapa II a los 55 años. Él notaba una persistente sensación de hambre, especialmente cuando intentaba dormir, que no desaparecía incluso después de comer.

Aunque muchos de los síntomas iniciales del cáncer de estómago son difíciles de identificar debido a su similitud con otros problemas menos graves, es fundamental prestar atención a su persistencia, especialmente si duran más de dos semanas. Existen además otros signos de alerta más claros que pueden indicar la presencia de un cáncer gástrico en etapas tempranas:

- Pérdida de peso inexplicable: La pérdida de peso significativa y sin razón aparente es un signo importante a considerar. Es diferente perder peso de manera voluntaria a perder varios kilos en un corto período de tiempo sin explicación.

  - Vómitos o heces con sangre: Cualquier vómito con sangre es una señal de alarma. Respecto a las heces, si son de color rojizo brillante podría tratarse de hemorroides, pero si son negras o de color alquitranado con un olor metálico, se debe considerar como un posible síntoma de cáncer.

- Dolor abdominal intenso: Si el dolor abdominal es severo, lo que en una escala del 1 al 10 podría calificarse como un "8" o "9", es importante buscar atención médica. Aunque el dolor es una experiencia subjetiva, la persistencia e intensidad del mismo no deben ser ignoradas.

En temas de salud, aunque a veces es difícil distinguir entre síntomas menores y aquellos que pueden ser graves, escuchar a nuestro cuerpo es fundamental. 

Paul Mansfield comenta que es importante prestar atención a cualquier cambio o persistencia en los síntomas y buscar ayuda médica si es necesario. "Algunas personas ignoran los síntomas, mientras que otras los toman muy en serio desde el principio. Lo importante es no desestimar lo que sentimos si algo parece fuera de lo común", concluye.

Fuente consultada aquí. 

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