Investigadores han descubierto que estas bacterias en ocasiones, pueden incentivar el crecimiento de cáncer.
La lactobacillus es un tipo de bacteria que se cree que promueve la salud intestinal, sin embargo, investigadores han descubierto que estas bacterias en ocasiones, pueden incentivar el crecimiento de cáncer.
Este tipo de bacterias se encuentran en el intestino y podrían socavar la inmunidad en el cáncer de páncreas, no obstante, pueden llegar a alterar la función de las células inmunitarias llamadas macrófagos en el entorno del tumor pancreático y estimular el crecimiento del cáncer
«La mayoría de los estudios se centran en las correlaciones positivas entre el microbioma y los resultados del cáncer», afirma Tracy McGaha, de la Universidad de Toronto (Canadá). «Este trabajo se centró la relación nociva del microbioma con el cáncer y sugiere que, en algunas condiciones, la composición del microbioma puede tener un impacto negativo».
Los resultados publicados en la revista «Immunity» revelan que Lactobacillus afecta la función de los macrófagos - células inmunitarias residentes en tejidos que se considera que desempeñan un papel importante en el crecimiento tumoral y la metástasis- al metabolizar el triptófano de la dieta, un aminoácido esencial que se encuentra en las proteínas de los alimentos de origen vegetal y animal.
Los indoles, una clase de metabolitos resultantes de la metabolización microbiana del triptófano, activan el receptor de hidrocarburo de arilo o AHR, una proteína que regula la expresión génica y que puede permitir tanto la inflamación beneficiosa como la supresión inmunitaria en otras áreas del cuerpo.
La eliminación o inhibición de AHR en los macrófagos, escriben los investigadores, provocó crecimiento mucho menos del cáncer de páncreas, una mayor sensibilidad a los tratamientos y un mayor número de células T inflamatorias. Pero cuando se activó AHR desaparecieron estos efectos beneficiosos.
McGaha reconoce que estaba sorprendido de que el microbioma tuviera un impacto tan fuerte en la AHR y la función inmunológica. «No estábamos pensando en el microbioma al principio, solo estábamos interesados en AHR como un factor en el microambiente tumoral -dijo-. «Pero cuando bloqueamos los genes de mamíferos que pueden activar AHR, no tuvo ningún efecto».
Ello hizo que se fijaran en Lactobacillus, debido a que algunos estudios anteriores habían demostrado que la bacteria se correlacionaba con la actividad de AHR y la reducción de la inflamación, los cuales pueden permitir el crecimiento del cáncer.
Probaron los efectos de la bacteria en ratones con modelos de cáncer de páncreas. También impulsaron el proyecto con el análisis de células individuales, una tecnología que proporciona datos a escala del genoma sobre células individuales. Gracias a esta tecnología pudieron ver las respuestas de la población en los patrones de expresión génica de los macrófagos y otras células inmunes, y lo que sucede a su alrededor.
Posteriormente, los investigadores utilizaron muestras de tejido y datos de ensayos en humanos para demostrar que la alta expresión de AHR se correlaciona con la progresión de la enfermedad, la supresión inmunitaria y la supervivencia del paciente.
El cáncer de páncreas es difícil de tratarPara ayudar a abordar la necesidad urgente de tratamientos más efectivos, se ha iniciado un ensayo clínico que tiene como objetivo descubrir predictores personalizados de la respuesta del paciente a la quimioterapia.
El equipo de McGaha recogerá muestras de heces antes y después de la quimioterapia para buscar un enriquecimiento de Lactobacillus y si la bacteria se correlaciona con la respuesta al tratamiento, la supervivencia del paciente y sus observaciones sobre cómo actúa en el entorno del tumor.
Fuente consultada aquí