La enfermedad de Parkinson está asociada con un olor específico, pero la mayoría de las personas no lo puede percibir. Sin embargo, las personas con un olfato muy desarrollado, conocido como hiperosmia, sí pueden notarlo.
Por: Laura Guio
El párkinson es una de las enfermedades neurológicas más desafiantes y de más rápido crecimiento en el mundo. Sin embargo, hasta ahora, no existía una prueba definitiva para diagnosticarla de forma temprana. Esta situación cambió gracias a Joy Milne, una mujer escocesa que, sin saberlo, dio con una pista crucial: el olor.
Milne, quien era enfermera antes de jubilarse, notó en su esposo, Les, un cambio en su olor corporal, particularmente en el área del cuello y los hombros. A lo largo de los años, Joy observó que su marido desarrollaba un olor a humedad desagradable, algo que no lograba asociar con ninguna causa externa.
Solo cuando les fue diagnosticado con párkinson, Joy se dio cuenta de que otras personas con la misma enfermedad compartían este mismo aroma.
El vínculo entre el olor y el párkinson: un hallazgo crucial
Investigaciones recientes han confirmado lo que Joy había intuido: las personas con párkinson emiten compuestos químicos específicos a través de su piel que pueden ser detectados mediante el olfato.
Este descubrimiento ha llevado a un equipo de científicos de la Universidad de Manchester, en colaboración con Joy, a desarrollar una prueba simple de diagnóstico.
La prueba consiste en frotar un hisopo de algodón sobre la piel, especialmente en la espalda, para recolectar muestras de sebo, la sustancia aceitosa que recubre la piel.
Los investigadores han identificado más de 4,000 compuestos químicos diferentes en las muestras de personas con párkinson, de los cuales 500 son exclusivos de aquellos con la enfermedad.
Una prueba prometedora con un 95% de precisión
Según el equipo de investigación, este método tiene una precisión del 95% en condiciones de laboratorio para detectar la enfermedad de Parkinson, algo que podría revolucionar el proceso de diagnóstico. La prueba podría hacerse en minutos, eliminando la necesidad de esperar meses o incluso años para una consulta con un especialista en neurología.
"La posibilidad de realizar esta prueba en un entorno de atención primaria, como la consulta de un médico de cabecera, sería transformadora", aseguró la profesora Perdita Barran, directora de la investigación.
Este avance no solo permitiría a los médicos diagnosticar el párkinson de manera más temprana, sino que también podría acelerar el inicio del tratamiento y el apoyo necesario para los pacientes
El camino hacia la validación clínica
Aunque los resultados iniciales son prometedores, los científicos aún deben realizar más estudios para validar la prueba en un entorno clínico.
La colaboración con hospitales y laboratorios de análisis es clave para llevar esta tecnología al siguiente nivel y asegurar su efectividad en el diagnóstico de pacientes en condiciones reales.
Según Barran, se espera que dentro de dos años puedan comenzar a implementar la prueba en Manchester para evaluar su uso en pacientes reales.
La historia de Joy Milne es un recordatorio de lo importante que es un diagnóstico temprano. Con una prevalencia creciente de párkinson a nivel mundial, esta nueva prueba podría marcar una diferencia real para millones de personas que, actualmente, deben esperar largos períodos de tiempo antes de recibir un diagnóstico.
Para Joy, quien perdió a su esposo Les en 2015, el descubrimiento de su olfato tiene un significado personal profundo. Ella asegura que, si hubiera conocido el diagnóstico de su esposo más temprano, habría tenido más tiempo para disfrutar con él y para comprender mejor los cambios emocionales y físicos que atravesaba.