Los malos sueños podrían ser una advertencia temprana de la enfermedad de Parkinson.
Por: Pedro Felipe Cuellar
Aquellas personas que experimentaban pesadillas frecuentes tendrían el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con Parkinson años después de presentar estas anomalías del sueño.
Existe una asociación entre la Enfermedad de Parkinson -EP- y las alteraciones que están relacionadas con la fenomenología de los sueños, así mismo la frecuencia con la que se tienen sueños negativos o pesadillas.
Actualmente, se desconoce si preceden estos al desarrollo de EP, por lo que se desarrolló un estudio para determinar la relación o riesgo frente a esta patología.
Compuesto por un total de 3.818 hombres de 67 años o más, el Estudio de Fracturas Osteoporóticas en Hombres (MrOS), una cohorte basada en la población de los EE. UU. que sondea la frecuencia de los sueños angustiosos en el último mes, se incluyeron en este análisis. La EP incidente se basó en el diagnóstico del médico.
Se utilizó la regresión logística multivariable para estimar las razones de probabilidad (OR) para la EP incidente de acuerdo con la frecuencia de los sueños angustiosos, con ajustes por posibles factores de confusión.
En el tiempo que duró el seguimiento, 7,3 años, se identificaron 91 (2,4%) casos de EP incidente. Los participantes con sueños angustiosos y pesadillas, frecuentes al inicio del estudio tenían un riesgo dos veces mayor de EP incidente (Probabilidad de Ocurrencia de OR, 2·01; y un Intervalo de Confianza IC del 95 %, 1·1-3·6, P=0,02).
Al estratificar por tiempo de seguimiento, los sueños angustiosos frecuentes se asociaron con un riesgo mayor al triple de incidentes de EP durante los primeros 5 años después del inicio (OR, 3·38; IC del 95%, 1·3-8·7; P=0,01), sin embargo, no se encontró ningún efecto durante los siguientes 7 años (OR, 1,55; IC del 95 %, 0,7-3,3; P=0,26).
Así pues, se evidencia por primera vez que los sueños angustiosos frecuentes en adultos mayores que viven en la comunidad pueden estar asociados con un mayor riesgo de desarrollar EP.
Los participantes con sueños angustiosos frecuentes tenían casi tres veces más probabilidades de desarrollar EP en los 5 años iniciales de seguimiento; sin embargo, esta asociación se había atenuado y ya no era significativa durante los 7 años posteriores.
Esto sugiere que los sueños angustiosos frecuentes pueden ser un síntoma prodrómico de la EP. Como tal, la detección de sueños angustiosos de aparición tardía en la población general puede ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar un subtipo de EP que progresa rápidamente, en quienes las intervenciones tempranas podrían dirigirse.
Estudios anteriores han demostrado que las personas con la enfermedad de Parkinson experimentan pesadillas y malos sueños con más frecuencia que los adultos de la población general, pero no se había considerado previamente el uso de las pesadillas como indicador de riesgo de la enfermedad de Parkinson.
Los sueños angustiosos frecuentes se asociaron con un mayor riesgo de EP incidente. La asociación solo fue significativa dentro de los 5 años anteriores al diagnóstico, lo que propone que los sueños angustiosos frecuentes pueden ser un síntoma prodrómico de la EP.
“Aunque puede ser realmente beneficioso diagnosticar la enfermedad de Parkinson temprano, hay muy pocos indicadores de riesgo y muchos de ellos requieren pruebas hospitalarias costosas o son muy comunes e inespecíficos, como la diabetes, si bien necesitamos llevar a cabo más investigaciones en esta área, identificar la importancia de los malos sueños y las pesadillas podría indicar que las personas que experimentan cambios en sus sueños en la vejez, sin ningún desencadenante obvio, deben buscar atención médica", afirmo el Dr. Abidemi Otaiku, del Centro para la Salud del Cerebro Humano de la Universidad, autor principal del estudio.
Los participantes que reportaron pesadillas al menos una vez por semana fueron seguidos al final del estudio para ver si tenían más probabilidades de ser diagnosticados con la enfermedad de Parkinson.
Durante el período de seguimiento, se diagnosticaron 91 casos de Parkinson. Los investigadores encontraron que los participantes que experimentaban malos sueños frecuentes tenían el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con los que no lo hacían.
El estudio también muestra que nuestros sueños pueden revelar información importante sobre la estructura y función de nuestro cerebro y pueden resultar un objetivo importante para la investigación en neurociencia.
Los investigadores buscarán replicar estos hallazgos en cohortes más grandes y con mayor diversidad, con el fin de explorar esos vínculos relacionados entre el sueño y enfermedades neurodegenerativas, además de usar la electroencefalografía para encontrar razones biológicas en esos cambios de sueños.
Así, hay una correlación entre los sueños angustiosos frecuentes en hombres mayores, y el desarrollo de enfermedad de Parkinson, y que presentan síntomas, determinando que esos sueños angustiantes de aparición tardía puede ayudar a identificar a las personas en riesgo de desarrollar esta patología.
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